En el estudio Las consecuencias financieras de haber demasiados hombres se pone de manifiesto como el comportamiento económico de los hombres puede verse influido por una variable no estudiada hasta el momento: la falta de mujeres. El deseo biológico de buscar pareja modifica la conducta financiera de los hombres.

Lo que se puede ver en otros animales es que cuando las hembras escasean, los machos se vuelven más competitivos. Compiten más para acceder a una pareja.

¿Cómo competimos los humanos para conseguir pareja? Lo que encontramos en distintas culturas es que los hombres a menudo lo hacen a través del dinero, del estatus y de objetos.

En un experimento, los participantes leyeron artículos de una geografía en la que se describía una población con más hombres o con más mujeres. Después se les preguntaba cuanto dinero ahorrarían o pedirían prestado al mes si vivieran en esa zona. Cuando los hombres creían que escaseaban las mujeres, ahorraron un 42% menos y pidieron prestado un 84% más.

En el segundo experimento vieron una secuencia de fotos de hombres y mujeres y después se les pidió que escogieran entre recibir 20$ mañana o 30$ dentro de un mes. Cuando había menos mujeres en la secuencia de fotos, los hombres prefirieron el dinero inmediato.

Aunque la proporción de hombres y mujeres no altera el comportamiento económico de las mujeres, cambia las expectativas de estas y se vuelven más exigentes. Después de leer que hay más hombres, las mujeres esperan que los hombres gasten más dinero en una cena, un regalo de san Valentín o un anillo de compromiso.

Cuando hay escasez de mujeres, estas sienten que los hombres deben cambiar su forma de cortejarlas.

La economía nos dice que los seres humanos tomamos decisiones pensando cuidadosamente en las distintas opciones, que no somos animales. Resulta que tenemos mucho en común con otros animales. Algunos de nuestros comportamientos son mucho más reactivos e inconscientes. Vemos que hay más hombres que mujeres en nuestro entorno y cambiamos automáticamente nuestros deseos, nuestra conducta y nuestra psicología entera.

Además de realizar el estudio, los investigadores revisaron documentos sobre 120 ciudades de EE.UU. que resultaron consistentes son sus hipótesis. En ciudades con más solteros, la proporción de tarjetas de crédito era mayor y tenían unos niveles de deuda superiores. En dos ciudades separadas por 100 millas, la diferencia era palpable. Una tenía una tasa de 1.18 hombres por cada mujer frente a 0,78 de la otra ciudad. La deuda media de un consumidor de la primera era 3.479$ mayor.

Una de las problemáticas implicaciones de la desproporción de sexos para el mundo en general es que se trata de algo más que de dinero. Se trata también de violencia y supervivencia.

Como saben los buenos especialistas, en economía el comportamiento humano no es lógico. Es psicológico.