Cada vez son más las empresas que adquieren servicios basados en la nube, es decir, infraestructuras en modo cloud computing en los que pagan por el uso de un pool de recursos o por el acceso a una aplicación en el que las empresas se abstraen del proceso de aprovisionamiento, mantenimiento u operación y, ante picos de demanda, evita tener que adquirir y desplegar nuevas infraestructuras. Entre las empresas que ofrecen servicios en la nube encontramos a grandes como Google, Amazon y Microsoft; si bien el caso de Microsoft siempre ha sido algo especial porque su plataforma como servicio (PaaS), Windows Azure, tan solo permitía el despliegue de aplicaciones Windows Server 2008, algo que podría cambiar en este año con el soporte para máquinas virtuales basadas en sistemas operativos GNU/Linux.
Según parece, Microsoft podría ofrecer esta nueva funcionalidad en la primavera de este año, dotando a Windows Azure de una flexibilidad que, proveedores como Amazon, sí que estaban dando (al ejercer de proveedores neutrales y ofrecer únicamente la plataforma sin restricciones sobre lo que se desplegaba en ésta). De hecho, esta novedad no llegaría sola y Microsoft también permitiría el despliegue de máquinas virtuales con SQL Server o Sharepoint, ofreciendo así un servicio mucho más flexible que permita a los desarrolladores migrar de manera mucho más sencilla a sus servicios (y abrir un poco más el mercado).
¿Y por qué este cambio? Desplegar una aplicación sobre Azure tenía un handicap que implicaba un mayor esfuerzo para algunas empresas y, por tanto, para los desarrolladores. El entorno que ofrecía la plataforma de Microsoft era muy específico, de hecho, estaba pensado para trabajar desde cero en su infraestructura y hacer crecer la aplicación en ella. Esta rigidez se traducía en que, para aplicaciones ya desarrolladas, era necesario un trabajo de adaptación previo al nuevo entorno.
De todas formas, Microsoft aún no ha confirmado nada y, por ahora, la información que se maneja se atribuye a fuentes muy cercanas al proyecto pero que se mantienen en el anonimato pero, realmente, este movimiento tiene muchísimo sentido y, desde luego, es todo un acierto si Microsoft quiere mantener su estatus de proveedor de servicios en la nube y, sobre todo, perder la etiqueta de "rigidez" que estaba teniendo Azure.