Hace unos días hablábamos de una investigación que se estaba llevando a cabo en el Instituto Max Planck que consistía en el desarrollo de un recubrimiento para los cristales que evitarían que éstos se manchasen (puesto repelerían la grasa o el agua). Parece que ésta no es la única investigación que persigue el desarrollo de recubrimientos antimanchas y, en China, un par de Universidades habrían desarrollado un recubrimiento para el algodón que también sería un repelente de las manchas y los olores.
¿Ropa que se limpia sola? Pues sí, esa es la idea de este equipo de investigación que estaría dispuesto a desterrar las lavadoras, las secadoras o el hecho de tener que tender la ropa mojada y esperar a que se seque. Los investigadores de la Unversidad Jiao Tong de Shanghai y la Universidad Hubei han desarrollado un recubrimiento químico barato, no tóxico y respetuoso con el medio ambiente que hace que el algodón pueda eliminar las manchas y los olores con la simple exposición al sol.
Este recubrimiento esta compuesto por dióxido de titanio, un excelente catalizador que contribuye a la degradación de contaminantes de origen orgánico y que se utiliza en la limpieza de ventanas, en la fabricación de calcetines sin olores o en la limpieza de azulejos y baldosas. El único problema está en que este recubrimiento sólo se activa en presencia de rayos ultravioletas y, por tanto, requiere exponer el tejido al sol.
Las pruebas realizadas por los investigadores consistieron en manchar, con un tinte de color naranja, unos tejidos que habían sido sumergidos en una mezcla de dióxido de titanio, nitrógeno y otros compuestos (que finalmente se sometieron a un tratamiento de yoduro de plata para mejorar la reacción química provocada por la luz ultravioleta). Tras exponer el tejido manchado al sol, durante unas dos horas, el 71% de la mancha desapareció, un resultado muy interesante que indicó a los investigadores que iban por el buen camino.
El experimento volvió a repetirse otras 5 veces en las que, además, se lavaron los tejidos para comprobar que el recubrimiento era resistente al lavado. Si bien la ropa aún no se limpia sola, la continuación de esta investigación podría suponer toda una revolución en la industria textil y, según estos investigadores, podría suponer toda una revolución en aquellas zonas en las que existan problemas de abastecimiento de agua.
Quién sabe pero quizás algún día este tipo de tratamiento para los tejidos permita que hacer la colada sea algo mucho más sencillo.