Hace poco mas 30 años, más específicamente en 1977, la humanidad envió una botella con un mensaje adentro para que navegue a través de todo el espacio interestelar que nos rodea. Estas pequeñas botellas perdidas en la inmensidad se llamaron proyecto Voyager, dos naves espaciales que entre otras tareas, una vez que finalizaran su vida útil, continuarían su viaje sin rumbo en el espacio llevando un pedazo de nuestra historia, algo de quienes somos y que hacemos aquí en la tierra.

Ese pedazo de quienes somos nosotros esta (y sigue estando) grabado en un disco de oro, el famoso Disco de Oro de la Voyager. Este disco tiene la misma estructura que los vinilos de antaño, solo que como su nombre lo indica, esta fabricado en oro y además posee la capacidad de reproducir vídeo, además de audio. Bajo una compleja notación científica (que muchas veces fue criticada por su dificultad de descifrar se explica como ponerlo en funcionamiento sin utilizar palabras y que es lo que se puede esperar que reproduzca.

Su contenido se compone de cinco partes donde la primera son saludos en distintos idiomas, luego sonidos de la naturaleza, luego algo de música clásica, continua con una grabación de las ondas mentales de un ser humano (la esposa del propio Carl Sagan, director de los contenidos incluidos en este disco) para finalizar con una colección de imágenes de la tierra.

Y así es donde llegamos a la parte más interesante, al menos para la temática del blog. ¿Que fue lo que le enviamos a los extraterrestres, si es que están allí y existen? ¿Que seleccionamos para mostrar como patrimonio de la tierra, sus actividades y sus personas?

La quinta y ultima parte de este disco de oro se compone de exactamente 116 imágenes, de las cuales aproximadamente tres cuartos son fotografías y el resto diagramas, más una imagen de calibración (la primera). ¿Y que mostramos de nosotros? El articulo de la Wikipedia tiene la colección completa y la descripción de aquellas imágenes que no pueden ser mostradas por cuestiones de copyright (si, hasta ese punto es absurdo la ley de copyright), pero en resumen hay de todo: nuestro espectro de visión, los planetas que nos rodean, ríos y montañas de nuestro planeta, supermercados, la muralla china, autopistas y trabajos variados como el de los doctores y los astronautas.

Fotógrafos de la talla de Ansel Adams participaron del proyecto, en su caso con la fotografía Snake River and Grand Tetons mientras que otros no están acreditados, como la siguiente fotografía (que a mi, como posible extraterrestre, me haría hacer una mueca de que diablos esta pasando aquí):

La resolución de las imágenes puede causar algo de gracia hoy en día ya que tan solo alcanzan un tamaño de 640x480, estándar que tenían las cámaras de celulares hace casi una década. La razón de esta limitación es la forma en que se mostraban las imágenes: un televisor de tubo clásico (aunque no exactamente igual).

La siguiente galería contiene todas las imágenes que, por ser de dominio publico, pueden ser exhibidas. El resto, desgraciadamente no son accesibles, no al menos por las vías legales y solo aparecen de vez en cuando en algún documental sobre el tema. ¿Serán encontradas algún día? ¿Nos devolverán el mensaje? Esperemos que si, ya que si estamos solos en este universo, es un desperdicio de espacio muy, muy grande.