Y después de muchísima espera y un evento que se terminó posponiendo y anunciando para hoy finalmente el nuevo teléfono que fabricó Google junto con Samsung se terminó presentando y las compañías lanzaron un producto más que interesante con una pantalla bien grande y la nueva versión del sistema operativo Android que sería el que viene a amigarse tanto con tablets como con smartphones. Se trata de Ice Cream Sandwich y digo que viene a amigarse ya que, como seguramente sabrán, anteriormente la gran G había lanzado Gingerbread para teléfonos inteligentes y Honeycomb para tabletas.
Antes que nada lo que no estaba definido (al menos para nosotros los meros mortales que no trabajamos dentro de Google) era el nombre. Finalmente terminaron revelando que será Galaxy Nexus en vez de Nexus Prime (aunque debo decir que me gustaba más el segundo).
El nuevo smartphone tendrá una pantalla de HD Super AMOLED de 4.65 pulgadas con una resolución de 1280x720 píxeles, un procesador de 1.2GHz con doble núcleo y el nuevo Ice Cream Sandwich que es uno de los más esperados de la noche. Además viene con 1GB de RAM, en versiones con 16GB de memoria interna o de 32GB y una batería de 1750mAh. La cámara, que al parecer es una de las que decepcionó, tendrá 5 megapíxeles con un flash LED y con la que se podrán grabar videos de 1080p a 30fps y, en el frente, una cámara de 1.3 megapíxeles para realizar videollamadas.
De la mano de la conectividad viene Bluetooth 3.0 (vamos, que esto debería tratarse de la nueva tecnología 4.0), USB 2.0, Wi-Fi y NFC. Incluye, como no podía ser de otra manera, acelerómetro, brújula, giroscopio, barómetro y sensores de luz de proximidad. Un detalle importante es que tiene 8.94mm de ancho y pesa 135g. Soporta además HSPA+ y depende de la región en la que vivan tendrá disponible LTE.
Habrá que verlo en funcionamiento pero, al parecer, la han acertado con este nuevo teléfono aunque, como sabemos ya desde hace rato, el hardware ya no es tan importante como la forma en la que el software utilice este hardware.