Creo que, hoy en día, decir que los centros de datos de Google concentran legiones de servidores, es un hecho que a nadie le sorprende y, la verdad, no es nada nuevo. Sin embargo, la proliferación de los centros de datos a nivel mundial y, por tanto, el aumento de parque de recursos tecnológicos que está funcionando de manera continuada, conlleva una serie de consecuencias que comienzan a preocupar a las empresas. El consumo eléctrico, además de ser un gasto, impacta de manera directa en el medio ambiente en emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera. Google, que siempre ha apostado por minimizar el impacto ambiental, ha revelado sus datos y, según podemos ver, sus centros de datos llegan a consumir el 1% de la energía eléctrica consumida por todos los centros de datos del mundo (que asciende al 1% del consumo energético mundial).
¿Google consume el 1% de la energía eléctrica del sector? La verdad es que la cifra es sorprendente y, por tanto, cualquiera podría pensar que el impacto medioambiental también es enorme pero no es así, el gigante de las búsquedas es todo un referente en cuanto a tecnología sostenible se refiere.
En términos generales, según los datos publicados por la consultora Gartner, las emisiones de dióxido de carbono asociadas a los procesos de IT a nivel global, serían equivalentes a las emisiones que produce toda la industria aeronaútica, es decir, un 2% de las emisiones totales de dióxido de carbono que se generan a nivel mundial, de hecho, conforme aumenta la demanda y los servicios, esta huella de carbono va en aumento. Sin embargo, la huella de carbono de Google, que se cifra en 1,5 millones de toneladas al año, serían un poco más altas que las emisiones de un país como Laos y equiparables a las de un organismo como la ONU.
¿Emisiones de dióxido de carbono? ¿Pero no hablábamos de electricidad? Quizás pueda parecer algo extraño pero es bastante sencillo. Salvo energías limpias como la solar o la eólica, y otras menos limpias como la nuclear, la mayor parte de la electricidad que se genera procede de quemar combustibles fósiles (petróleo o carbón), liberándose dióxido de carbono a la atmósfera.
Volviendo a los datos de Google, a primera vista los datos parecen mucho pero, en realidad, esta cifra debemos tomarla con algunos matices porque el consumo de Google, realmente, está compensando el de otras empresas. Imaginemos que las empresas que utilizan Google Apps hubiesen montado una infraestructura para mantener su correo, su gestor documental o su agenda corporativa, es decir, tendrían que haber empleado servidores y acondicionar un espacio con la refrigeración necesaria. Las soluciones en la nube que ofrece Google, realmente, están reduciendo en un 80% las emisiones de empresas que mantuviesen sus propios sistemas. De hecho, no es Google la única que está haciendo esto, no hace mucho la Administración Obama decidió cerrar el 40% de sus centros de datos con el fin de reducir costes e, indirectamente, minimizar el impacto ambiental (y reducir el consumo eléctrico).
De todas formas, Google es un gran ejemplo de uso eficiente de la energía, por ejemplo, en la refrigeración de los centros de datos y en la inversión en plantas solares o en aerogeneradores, siempre buscando el zero emissions, o al menos, ese es el compromiso que adquirieron en el año 2007. Aún así, las emisiones de Google han aumentado, algo que refleja el aumento del número de usuarios y la dependencia que tenemos de los servicios de Google en particular y, en términos generales, de los servicios que se encuentran en la nube.
Según los datos revelados, que no aportan nada nuevo a otras intervenciones de Google en foros sobre sostenibilidad, una búsqueda genera un equivalente a 0,2 gramos de dióxido de carbono y 10 minutos de vídeo en YouTube generan 1 gramo. De hecho, según la compañía de Mountain View, un usuario de sus servicios viene a generar unos 1,46 Kg de dióxido de carbono al año (1,2 Kg por el uso de Gmail). ¿Tanto? La verdad es que los datos dan bastante que pensar si bien no solamente las TIC contaminan y, precisamente, Google compara sus emisiones con la fabricación y el envío de un DVD que, según la compañía, sería equivalente a estar tres días sin parar viendo vídeos de YouTube.
Que Google consuma el 1% de la energía eléctrica del sector es una cifra impresionante, si bien hay que tener en cuenta que un tercio de esa energía procede de fuentes renovables y la compañía sigue aumentando este porcentaje además de minimizar el consumo de sus oficinas o el transporte interno en el campus.
No sólo las grandes compañías como Google o las Administraciones como la estadounidense deben apostar por el Green IT, debería ser un compromiso real de todas las empresas tecnológicas. Velar por el medio ambiente es importante, al fin y al cabo, es la herencia que dejamos a las generaciones venideras pero, en el fondo, es una potente línea de negocio para las empresas tecnológicas que pueden absorber gran parte de la infraestructura de muchas empresas ofreciéndoles un servicio de cloud computing con el que pueden ahorrar costes de operación y de explotación, además de ahorrar energía.
Volviendo a Google, un centro de datos emplea mucha energía en el acondicionamiento del edificio (refrigeración, extracción de aire caliente, etc), por tanto, una buena ubicación (como hizo Facebook llevando su centro de datos a Oregon, es decir, una zona bastante fría) y una buena gestión de la infraestructura o la búsqueda de nuevas vías de refrigeración (por agua, aislando los pasillos calientes de los fríos, buscando arquitecturas más eficientes, etc) puede traernos también una importante reducción del consumo y, por tanto, ser algo más verdes.