En los días de lluvia, a veces no nos queda más remedio que tender la ropa dentro de casa. Puede que tengamos secadora, pero la realidad es que no todas las prendas son aptas para secarlas en ella. Por eso, todos tenemos ese típico tendedero plegable y una habitación de la casa adjudicada para abrirlo cuando sea necesario. O quizás unas cuerdas en una habitación techada. Sea como sea, si tendemos la ropa en el interior de la vivienda debemos tener cuidado, pues puede ser el germen para algo bastante peligroso para la salud: los hongos.

Los efectos de la humedad sobre las paredes o el techo de una casa son bien conocidos. Todos hemos visto alguna vez esas temidas manchas negras que forma el moho. Lo más habitual es que salgan en cocinas o cuartos de baño, ya que son los lugares más húmedos de una vivienda. Sin embargo, si solemos tender la ropa en otra habitación también podemos potenciar que aparezca moho en ella.

Lo ha explicado recientemente en un artículo para The Conversation la profesora de inmunología de la Universidad de Birmingham Rebecca Drummond. En dicho estudio explica cuáles pueden ser los efectos de ese moho en las paredes y recomienda tener cuidado con los lugares en los que decidimos tender la ropa. A veces no nos queda más remedio que hacerlo dentro de casa, pero hay medidas con las que podemos minimizar los riesgos.

Los riesgos del moho en los hogares

Hay muchas especies de moho que pueden invadir los techos y paredes de una casa. Los más comunes son los de los géneros Penicillium y Aspergillus. Aunque no tengamos manchas de moho visibles en las paredes, estamos prácticamente siempre en contacto con esporas de estos hongos, ya que son bastante abundantes en el ambiente. Por eso, nuestro sistema inmunitario está muy bien entrenado para combatirlas. Esa es una buena noticia, ya que cuando nos vemos rodeados de una mayor cantidad de esporas normalmente nuestras defensas saben también cómo combatirlas.

Sin embargo, las personas con problemas respiratorios o el sistema inmunitario debilitado sí pueden sufrir enfermedades graves o incluso la muerte en el peor de los casos. Si el sistema inmunitario no es capaz de acabar con las esporas, se pueden producir problemas respiratorios. A veces, estos se producen precisamente por exceso de respuesta inmune. Es lo que pasa en pacientes asmáticos, ya que su sistema inmunitario reacciona de una forma exagerada a cualquier amenaza que se presente ante el sistema inmunitario. Eso incluye las esporas de los hongos. La inflamación es una consecuencia normal de la respuesta del sistema inmunitario. En condiciones normales no es peligrosa. Pero si se da una respuesta excesiva la inflamación puede ser tan grande que, de nuevo, impida la respiración adecuada de los pacientes.

Finalmente, hay casos en los que el sistema inmunitario es tan incapaz de reaccionar que las esporas son capaces de germinar en los pulmones causando un entramado de unas estructuras similares a raíces, llamadas micelios.

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Cuando el moho se acumula puede ser muy peligroso para algunas personas. Crédito: Jezabel Melgoza (Unsplash)

Para todos estos pacientes que sí pueden sufrir las consecuencias del moho existen unos fármacos antimicóticos, conocidos como azoles. El problema es que muchos hongos han desarrollado resistencias a los antimicóticos, exactamente igual que las bacterias a los antibióticos. Los azoles se usan tanto en medicina como en agricultura. Las plantas pueden ser atacadas por hongos, por lo que se tratan con antifúngicos, pero eso le da a los hongos más oportunidades de aprender a evadir dicha arma, de manera que, cuando infecten a los humanos, el fármaco no servirá de nada.

Por todo esto, durante años se han estudiado formas de tratar las plagas de hongos en agricultura con otros métodos, como el control biológico.

¿Cómo debemos tender la ropa?

Incluso si no tenemos ningún problema de salud, es importante que hagamos todo lo posible para que los hongos no proliferen en casa. Eso incluye, sobre todo, mantener una buena ventilación. En el caso de tender la ropa en interior, deberíamos hacerlo en una habitación bien ventilada. En invierno puede que sea complicado mantener las ventanas abiertas, por lo que se debería usar la calefacción o uno de esos tendederos con calor. De ese modo, el aire no se cargará tanto de humedad y esta no se acabará condensando en las paredes, creando un lienzo perfecto para que prolifere el moho.

Por otro lado, si ya no nos queda más remedio y las manchas oscuras ya han hecho su aparición, es importante hacer todo lo posible por limpiarlas. Generalmente no basta con pintar encima, ya que los hongos vuelven a salir. A veces puede bastar con lejía, en otras ocasiones hay incluso que picar la pared. Habría que contratar a un experto para que decida cómo actuar. Pero, sea como sea, es responsabilidad del propietario de una vivienda que la casa esté libre de moho.

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Si no nos queda más remedio que tender la ropa dentro, la ventilación es esencial. Crédito: Katerina (Unsplash)

De hecho, en Reino Unido cuentan con una ley específica que obliga a los propietarios a reaccionar rápidamente a las demandas de sus inquilinos por presencia de moho. Se tomó esta determinación después de que en 2020 muriese un niño de solo 2 años a causa del moho que se acumulaba en las paredes de su casa. El niño no tenía patologías previas, aunque lógicamente a esa edad el sistema inmunitario aún tenía que madurar más.

De momento, si en estos días de lluvia no te queda más remedio que tender la ropa dentro de casa, abre las ventanas o pon la calefacción. Es por tu bien y el de quienes te rodean.