Recuerdo que, cuando era niño, solía sentarme frente a la TV a las 15:00 (¿o a las 16:00?) a ver la serie animada de Batman. En México la emitían en Canal 5, la señal de televisión abierta destinada a público infantil y juvenil. Por eso, cuando me la topé en una tienda departamental, mi nostalgia pudo más que mi billetera y terminé por comprarla. Después de darle una segunda vista (e investigar un poquito en Internet), puedo afirmar sin temor a equivocarme que es una de las mejores series de dibujos animados basadas en cómics. Claro, no sólo lo digo yo: también IGN la ha clasificado como la segunda mejor de todos los tiempos, sólo detrás de The Simpson.

Batman: The Animated Series fue emitida entre 1992 y 1995. Pongamos un poco de contexto: el personaje gozaba de bastante popularidad entre la audiencia tras la proyección de los filmes de Tim Burton. Entre sus influencias se encuentra Batman: The Dark Knight Returns, la novela gráfica de Frank Miller, publicada en 1986, así como las películas de Burton. De hecho, la serie está situada en una línea temporal un tanto extraña, con notables influencias de los años treinta y cuarenta (como los trajes de gángsters o los vehículos), pero con algunos elementos más actuales como ordenadores.

La serie cuenta con varios méritos poco conocidos. Por ejemplo, fue la primera serie animada que sacó armas de fuego disparándose, así como la presencia de sangre después de las peleas a golpes. Es considerada como una verdadera joya televisiva, y su influencia va más allá de la pantalla chica. Por ejemplo, personajes surgidos de la serie como Harley Quinn fueron tomados para salir posteriormente en los cómics. Otras tramas, como el origen del Mr. Freeze, también se consideraron como parte del canon --de hecho, dicho episodio (Heart of Ice) ganó un Emmy en 1993 como mejor guión de un programa animado--.

Sin embargo, uno de los más grandes méritos de Batman: The Animated Series fue la comunión entre cómics y televisión. De hecho, el éxito de la serie fue tal que su legado marcó las consecuentes historias de DC Comics, así como en las adaptaciones fílmicas o televisivas posteriores. Una de las más reconocidas es que fue la primera ocasión en que Batman y Bruce Wayne utilizaron voces diferentes en el doblaje (algo que, por ejemplo, intenta hacer Christian Bale en las últimas películas). Otra es la participación de Mark Hamill en el doblaje de The Joker, mucho más atinado en mostrar su locura que la versión de Jack Nicholson.

De los episodios, varios están adaptados en historias publicadas en cómics. Entre ellos, destaca Dream of Darkness, basado en la novela gráfica The Last Arkham (Alan Grant, 1992); The Demon's Quest, basada en Daughter of the Demon (Dennis O'Neal , 1971), donde se presenta a Ra's Al Ghul; o The Laughing Fish, adaptada de tres historias diferentes y modificada para que pasara por la censura del canal. Otra destacada es Robin's Reckoning, en la que Robin descubre quién fue el asesino de sus padres y busca venganza. Dicho episodio fue tan exitoso que ganó un Emmy en 1993 a Mejor Programa de Media Hora o Menos.

Si tuvieron la oportunidad de verla cuando chicos, la serie de 65 episodios es un excelente pretexto para hundirse en la nostalgia, así como apreciar a detalle el arte, el ritmo y la banda sonora --además, el doblaje en español es bastante bueno--. Si no la conocen, es una serie fantástica, ideal tanto para los amantes del cómic como para los aficionados menos versados en el personaje. Así es como todas las adaptaciones deberían ser: con identidad propia pero sin sacrificar al original. Un balance perfecto.