La editorial Canongate, con quien Julian Assange estaba preparando su autobiografía, ha decidido pasar de él y publicar el manuscrito sin su consentimiento. En el trato original, Assange tenía el derecho de mirar la versión final del texto para corregirlo y editarlo. Sin embargo, el sello británico ignoró esta facultad, por lo que el libro se venderá a partir de mañana sin la autorización previa de su personaje principal. Además, el diario The Independent publicó un adelanto de 70 mil palabras en su edición reciente.
Por supuesto, a Julian Assange no le ha caído en gracia este movimiento editorial. Como explica en una declaración, él es dueño de los derechos de autor, a pesar de que el libro ha sido escrito por Andrew O'Hagan. De acuerdo con Assange, él firmó el contrato para hacer este libro en diciembre de 2010, como una estrategia para recaudar dinero para financiar a WikiLeaks. Para su elaboración, O'Hagan entrevistó a Assange, y redactó el borrador de esta conversación. Esta versión no había sido revisada por Julian, quien afirma que el libro debía ser modificado, ampliado y revisado, sobre todo para garantizar la privacidad de las personas mencionadas por él.
El manuscrito llegó a manos de Canongate gracias a un investigador de O'Hagan, quien entregó una copia como un acto de cortesía y sólo para lectura. Según Assange, la editorial y él habían negociado la cancelación del contrato actual (debido a la escasez de tiempo para la revisión), para crear uno nuevo con una fecha de entrega a finales de 2011. Sin embargo, la editorial prosiguió en secreto con la edición de la biografía. Cuando Assange se enteró de la publicación en septiembre, intentó frenar la salida del libro. Sin embargo, su situación económica --mermada por los procesos legales-- y la negativa de Canongate evitaron que la impresión se detuviera.
Assange teme que este borrador pueda servir como prueba en su contra en los juicios que aún le quedan por resolver, además de considerar que se viola su propiedad intelectual y que atenta contra la seguridad de las personas referidas por él. Así mismo, asegura que O'Hagan, el autor del libro, tampoco ha visto la versión final. "Mañana, tendré que comprar mi "autobiografía" para aprender el número de errores e imprecisiones del contenido del libro, pero el daño está hecho", sentencia Assange.
Es claro que el proceder de la editorial es cuestionable. Lo que pintaba para ser un libro escrito a modo para WikiLeaks --en ese sentido, con una intención más propagandística que informativa--, se ha convertido en otra arma en contra de Assange. En un caso similar al libro escrito por David Leigh (éste, con un autor de ética bastante cuestionable), el protagonista terminará mal parado. ¿Qué dice esa biografía que no debamos enterarnos? Ya lo sabremos este viernes, para bien y para mal.