Space_Invaders

En nuestro último capítulo de la historia de los videojuegos hablamos de Pong, el primer gran éxito de Atari que propició la creación de una industria en el sector de los videojuegos puesto que otras empresas decidieron apostar también por este incipiente negocio. Las máquinas recreativas de Pong se exportaron a otros países, inaugurando la internacionalización de este sector y, gracias a esto, una empresa japonesa de nombre Taito lanzó también su propia versión del juego que gozó de gran éxito en el país e hizo que la compañía se dedicase a replicar máquinas recreativas estadounidenses desde 1973 a 1977, momento en el que decidieron lanzar un videjuego de creación propia que se convertiría en todo un icono cultural, el Space Invaders.

Taito Trading Company fue fundada en 1953 por el ruso Michael Kogan y, en sus orígenes, se dedicaba a la importación de máquinas expendedoras y al alquiler de máquinas tocadiscos. Posteriormente iniciaron su propia línea de fabricación y, además de los tocadiscos, se iniciaron en la fabricación y distribución de máquinas de pinball y otros juegos electromecánicos. En 1973, al ver el éxito de Pong, decidieron apostar por la senda de los videojuegos y Kogan renombró la compañía a Taito Corporation y se dedicaron a implementar máquinas recreativas de éxito en los Estados Unidos.

En 1977, la compañía decidió crear un videojuego propio que estuviese basado en un viejo éxito de la compañía, el Space Monsters, una máquina recreativa electromecánica. El proyecto fue encargado a Toshihiro Nishikado, un ingeniero de Osaka que se había unido a la compañía en 1969 y que, en 1972, había diseñado su primer videojuego basado en Pong, Soccer. Teniendo en cuenta que en 1977 se había estrenado Star Wars, la temática espacial estaba de moda y Atari había lanzado el Breakout (que Taito clonaría posteriormente en Arkanoid), pensó en una invasión alienígena en la que el jugador debía defenderse con un cañón que se movía a la derecha o a la izquierda.

placa CPU Space Invaders

La idea era que el jugador debía destruir a los invasores (que eran de tres tipos: calamares, cangrejos y pulpos, porque le recordaban a los alienígenas de la Guerra de los Mundos y, además, le parecía mal darles forma humana y que alguien se dedicase a matar seres de forma humana en un juego) que se iban acercando a la tierra rápidamente. Además, cada cierto tiempo, se introducía en la pantalla una nave espacial que con un movimiento aleatorio y que otorgaba una puntuación también aleatoria y, como protección, el usuario contaría con unos búnkeres para evitar los disparos de los invasores que, cada vez, iban bajando una posición de la pantalla.

En esa época, Japón aún no era uno de los países líderes en el campo de la electrónica y, por tanto, los componentes electrónicos no eran demasiado buenos. Nishikado decidió inspeccionar los productos que se vendían en Estados Unidos y adquirir material de importación. El Intel 8080 era muy popular, así que el responsable del proyecto decidió basar su diseño en este procesador como unidad central del sistema, utilizar un CRT para proyectar la imagen del juego y añadir un circuito analógico para generar el sonido del juego.

La banda sonora fue uno de los puntos más importantes del Space Invaders. Un ostinato de cuatro notas descendentes que se repetía constantemente a lo largo del juego y que iba aumentando su velocidad conforme el jugador iba limpiando la pantalla de enemigos, aumentando la tensión del jugador y adaptando, por tanto, la banda sonora a la dinámica del propio juego.

Space_Invaders_Controls

Después de su lanzamiento al mercado, en 1978, Space Invaders se hizo muy popular rápidamente. Los establecimientos de máquinas recreativas peleaban por hacerse con una y, en 2 años, Taito había vendido 300.000 unidades en Japón y 60.000 en Estados Unidos a un precio que oscilaba entre los 2.000 y 3.000 dólares de la época, lo cual hizo entrar muchísimo dinero a la compañía durante 1980 y 1981. en 1982, Space Invaders había reportado unos beneficios netos de 450 millones de dólares y, en Japón, provocó una escasez de monedas que tuvo que ser paliada con un aumento de acuñación por parte del gobierno japonés.

Debido al éxito de Space Invaders, Taito abrió una filial en Norteamérica, Taito America Corporation, sin embargo no registaron Space Invaders y, al principio, otras compañías desarrollaron clones e imitaciones. De todas formas, Taito se hizo con un nombre dentro de la industria y Space Invaders les abrió muchas puertas y propició acuerdos comerciales con empresas del ramo (para distribuir juegos de Taito o implementarlos bajo licencia), además de los beneficios de las ventas de máquinas y del merchandising asociado a la imagen del juego.

Space Invaders ha llegado a ser un icono cultural y ha sido considerado como uno de los 10 videojuegos más importantes de todos los tiempos, dando pie a múltiples secuelas que se implementaron tanto en máquinas recreativas como en videoconsolas.

Una auténtica leyenda de los videojuegos que, según parece, podría convertirse en película para el deleite de todos los que nos enamoramos de este juego.