¿Alguna vez has visto una especie de capa de suciedad viscosa que se adhiere a las paredes del cuenco de agua de tu perro y no se va del todo al lavarlo? Se trata de un biofilm y deberías desecharlo para evitar que tu mascota enferme.
Estas son capas que forman las bacterias cuando se encuentran en condiciones favorables de humedad y nutrientes. Se unen las unas a las otras y se rodean de una capa de aspecto gelatinoso que les confiere una gran resistencia. Incluso las hace resistentes a los antibióticos.
Pueden aparecer en cualquier lugar de casa con suficiente humedad, desde las bayetas de la cocina hasta las tuberías; pasando, por supuesto, por el cuento de agua del perro. En el caso de bayetas, estropajos o esponjas todos hemos visto alguna vez un biofilm, aunque puede que no lo hayamos reconocido. Es esa capa resbaladiza, a veces transparente y a veces con color, que no se va ya con los lavados. En el caso del cuenco de agua de un perro, puede hacer que el animal enferme. Por eso, si aparece hay que desecharlo. Pero, la parte positiva, es que se puede prevenir, para no andar tirando sus bebederos cada dos por tres.
¿Por qué aparecen biofilms en el cuenco de agua de mi perro?
Como ya hemos visto, para que se forme un biofilm es necesario que haya buenas condiciones de humedad y bastantes nutrientes. Un cuenco de agua, lógicamente, tiene mucha humedad. Además, al beber, los animales depositan restos de comida presentes en su boca. Si están al aire libre también pueden llegar con el viento restos de plantas o partículas que puedan servir igualmente para nutrir a las bacterias. En cuanto a las bacterias, la cantidad de ellas que se encuentran dentro de la boca de los perros es enorme. Podríamos pensar que, ya que vienen de su boca, no pasará nada porque vuelvan a ella. Pero no es tan sencillo. Para que causen infecciones es necesario un inóculo con una concentración mínima y, además, las condiciones adecuadas. Si se dejan proliferar en el cuenco de agua del perro llegarán a una concentración muy alta y, además, al unirse en el biofilm, serán más resistentes.
No todas las bacterias en la boca de nuestras mascotas son peligrosas, pero algunas sí lo son. Se cree que algunas bacterias, como Escherichia coli, Listeria monocytogenes o las del género Salmonella pueden causar abundantes infecciones en los perros.
¿Cómo podemos evitarlo?
Podríamos pensar que si el cuenco tiene solo agua no será necesario lavarlo todos los días. Sin embargo, ya hemos visto que, aunque solo veamos el agua, puede haber mucho más.

Por eso, todos los expertos coinciden en que se deben lavar los cuencos diariamente con agua caliente y jabón. De hecho, en la web del American Kennel Club, la veterinaria Jamie Whittengurgh recomienda tener dos cuencos para lavar uno en el lavavajillas mientras se usa el otro. Hay estudios que demuestran que los cuencos que se lavan a mano, aunque se utilice agua caliente, albergan más bacterias.
En cuanto a la comida, pasa lo mismo que con el cuenco de agua. También se debe lavar regularmente, especialmente cuando se usa comida húmeda. Y, por supuesto, esto no se aplica solo a los perros. También a los gatos y cualquier otra mascota. Si lavas tus platos y vasos a diario, ¿por qué los suyos no?