La Samsung Galaxy Tab 10.1 no es el único dispositivo que está siendo perseguido por Apple. La compañía de Cupertino también ha hecho que se retenga en la aduana española una partida de tablets procedentes de Shetzem e importadas por la empresa valenciana Nuevas Tecnología y Energías Catalá para realizar sus pruebas y repartir entre sus clientes.
El motivo, el de siempre: una denuncia por violación de patentes. Esta pequeña empresa valenciana de desarrollo de software ha demandado a su vez a Apple ante la Comisión Nacional de Competencia por considerar que su actuación es un abuso de poder por parte de la empresa estadounidense.
El objetivo de estas tablets eran ser configuradas con una versión de Android propia y algunas aplicaciones licenciadas de terceros. Desde NT-Catalá se asegura que no hay lugar posible a confusión entre estas tablets y el iPad de Apple ya que el tamaño es diferente (son de 7 pulgadas), son más gruesas y el embalaje es muy distinto al que usa Apple.
Aparte de eso, su pantalla es resistiva y no capacitiva, su procesador es de 800mhz, no tiene conectividad 3G, sólo Wi-Fi, y tiene una ranura para tarjetas de memoria. En cualquier caso, parece que aquí la cuestión es únicamente la de la violación de patentes, no el hecho de que estas tablets asiáticas puedan confundirse con iPads o no.
Pedro Peláez, jefe del departamento de ingeniería de NT-Catalá y uno de los fundadores de la empresa, asegura que les consta que se ha hecho lo mismo con otras partidas de tablets que han sido directamente destruidas. Lo único que ha salvado a la suya es haber denunciado a su vez a los de Cupertino.
Vía | valenciaplaza.com