Todos tenemos algo en casa que, en su momento, fue la sensación: una prenda, un disco, un libro, un cómic, un videojuego. Objetos que, en su época, nos hicieron la envidia de los demás. Cosas por las que, normalmente, desembolsamos una buena cantidad de dinero. Sin embargo, llegan el momento en que esa reliquia comienza a estorbarnos. Para recuperar un poco de la inversión, la ofrecemos al mejor postor. Y de pronto, nos topamos con que nadie quiere nuestro tesoro, porque ya hay mejores en el mercado. Tristes y cabizbajos, terminamos por obtener una cantidad irrisoria en alguna venta de garaje.
Lo mismo le acaba de suceder a Rupert Murdoch, dueño de la compañía de medios News Corp. MySpace era la sensación en 2005 --tiempos muy lejanos para una empresa en Internet--. Era el gigante en un negocio relativamente nuevo: las redes sociales. Eran épocas de bonanza. Al ver el éxito del sitio, Murdoch abrió la chequera para ponerle una joya más a su corona. 530 millones de dólares pagó el empresario para tener a la que, en su momento, fue una de las estrellas del firmamento web.
Pero todo lo que sube tiene que bajar --y algunas cosas caen con una velocidad meteórica--. MySpace fue la cigarra que, contrario a la hormiga de Mark Zuckerberg, se dedicó a vivir de su fama. ¿Quién era ése que había entrado a las universidades para ganarse adeptos? MySpace desestimó a su competencia, hasta que un buen día llegó el crudo invierno. Internet es un terreno cruel si tu negocio es estar vigente. Poco a poco se fraguó una historia de descalabros que terminaron por colgarle un cartel de "Se vende" a MySpace.
Hace meses que MySpace era un muerto viviente. Vinieron todos los síntomas de una muerte anunciada: el rediseño total, las alianzas con los antiguos enemigos, el despido de personal, los números en picada. Hasta los capitanes del barco se resignaron al naufragio de su nave. Murdoch salió a vender, casi de puerta en puerta, un servicio cuyas glorias habían pasado hace buen tiempo. [Pidió 100 millones de dólares], poco más de la sexta parte de su inversión original. Se topó con un palmo de narices.
Al final, la empresa de publicidad Specific Media decidió comprar MySpace en 35 millones de dólares. Con la adquisición, se marchará buena parte del staff, incluido el actual CEO Mike Jones. Murdoch apenas ha recuperado aproximadamente la décimosexta parte del valor con el que la adquirió hace seis años. Por lo pronto, los rumores indican que MySpace se dedicará al negocio de la música, el rubro que le ha permitido sobrevivir gracias a las bandas independientes. Así se cierra otro capítulo para MySpace, otrora mandamás de las redes sociales, del cual --como esos objetos viejos que terminamos por vender por necesidad-- sólo nos quedará el recuerdo.