Hoy, mientras las naciones y las personas conforman las redes que nos rodean, tenemos una oportunidad. Podemos trabajar juntos para alcanzar el potencial para mayor prosperidad y seguridad, o podemos sucumbir a los intereses reducidos y los miedos indebidos que limitan el progreso. La ciberseguridad no es un fin en sí mismo: es una obligación que nuestros gobiernos y sociedades debemos tomar voluntariamente, para asegurar que la innovación continúe floreciendo, conduciendo los mercados y mejorando las vidas. Dado que los retos de crimen y agresión fuera de línea han logrado introducirse en el mundo digital, los confrontaremos de forma consistente con los valores que defendemos: libertad de expresión y asociación, privacidad, y el libre flujo de información.

Así es como ve Estados Unidos a Internet. O, mejor dicho, así es como la administración de Barack Obama ve a la red. Éste es un fragmento de la carta de presentación de la Estrategia Internacional para el Ciberespacio, revelada esta mañana por la Casa Blanca. En este documento, el presidente estadounidense establece las directrices y parámetros en los que su gestión abordará «los retos y peligros del espacio» y el «deber moral» de su país como policía del mundo.

Dentro de los objetivos de esta estrategia está reforzar el cumplimiento de la ley en el ciberespacio. Sin proponer en sí una reformulación del derecho internacional, sí es un llamado a diferentes países a establecer un marco normativo que regule los comportamientos en Internet. En ese sentido, la propuesta es muy firme en cuanto a cuestiones de propiedad intelectual, donde exhorta a la defensa del respeto por el copyright, la identificación y persecución de criminales en la red, y el derecho a la privacidad. Claro está que en ningún lado dice que se planteará un debate en torno a los derechos de autor o cómo se definirá quién es un delincuente en la web.

Otro punto importante es que se centra en que los países deben organizarse y actuar para proteger sus infraestructuras de información y seguridad nacional (un claro guiño a que no permitirán que la gran filtración de WikiLeaks ocurra de nuevo). También ha declarado la guerra al terrorismo en la red --lo que sea que eso signifique-- y ha dejado en claro que responderá hostilmente hacia cualquier acción que considere una amenaza en línea contra el país, "reservándose el uso de todos los medios necesarios".

En la presentación, el coordinador de Ciberseguridad, Howard Schmidt, aclaró que la intención de Estados Unidos es desarrollar normas para un «comportamiento responsable» de los países. Del mismo modo, James A. Lewis, director del Programa de Tecnología y Políticas Públicas del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, consideró que Obama está tomando cartas en el asunto en una materia que su predecesor, George W. Bush, no actuó.

Se trata, sin sorpresas, de una visión coercitiva de Internet, un traslado del strength beyond challenge de la doctrina Bush en el ciberespacio. , Ésta es la reacción de Obama a una situación en la que Estados Unidos ha perdido el control en el flujo de información. Desafortunadamente, su propuesta es mucho más conservadora de lo que quisiéramos de un presidente que no parece estar tan comprometido con el cambio que tanto pregonó.

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