Carmen Aristegui ofreció una conferencia de prensa el día miercoles a las 11 de la mañana acerca de su despido de MVS Noticias por supuestamente haber transgredido el código de ética de esa empresa. La periodista leyó un texto en el cual sostiene que más que el impacto que su despido pueda tener en su situación laboral, esta decisión autoritaria y desmedida merma el debate propio de las democracias y tiene un impacto de trascendencia mayor en la sociedad. "No rectifico ni me disculpo, porque no hay nada que disculpar” y por el contrario ratificó la pertinencia de que la Presidencia de la República se manifieste ante una pregunta que sigue en el aire: ¿tiene o no problemas de alcoholismo Felipe Calderón?

La periodista negó que se haya transgredido dicho código de ética de MVS Noticias --el cual por cierto no se ha hecho público-- y afirmó que la Presidencia exigió inmediatamente a la empresa y no a la periodista “una disculpa pública inmediata ante la terrible osadía.” Para Aristegui este hecho es sólo propio de las peores dictaduras que nadie quisiera para México: “castigar por opinar

Aristegui defiende su comentario editorial y la pertinencia de una respuesta seria y formal por parte de la Presidencia. Reconoce “que el cuestionamiento era duro, pero en ningún momento difamatorio” ya que la formulación de su pregunta está basada en los hechos sucedidos en el Congreso Mexicano, donde se mostró la manta con la imagen de Felipe Calderón con los ojos rojos preguntando ¿Tú dejarías que un borracho maneje tu auto? Entonces ¿por qué dejas que un borracho maneje el país?. El argumento es más que válido: el estado de salud y el equilibrio de un mandatario es “por supuesto” de interés público.

También aludió al escándalo de Bill Clinton de Mónica Lewinski, la controversia en torno al estado de salud de la ahora presidenta de Brasil Dilma Rouseff y los constantes escándalos de SIlvio Berlusconi que la prensa internacional cuestiona. ¿Por qué a Felipe Calderón no se le puede cuestionar?

Carmen Aristegui continúa preguntando : ¿Por qué en México el gobierno puede someter a los medios a presiones indebidas para que silencien a los informadores? ¿Cómo es que llevaron a un empresario respetable a comportarse de esa manera? La respuesta para Aristegui a estas grandes preguntas es clara: el grado de vulnerabilidad que tienen los negocios de telecomunicaciones en México.

Aristegui además denunció que su despido fue una coartada relacionada con el anuncio de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes de no renovar la concesión de MVS sobre la banda de 2.5 Ghz: “te portas bien, te refrendo la concesión. Te portas mal, te la suspendo”, afirmó al referirse al modo en que la administración del espectro público funciona en México.

No hubó sesión de preguntas en la conferencia.

Las opiniones están divididas en Twitter, los medios e inclusó el gremio periodístico que al parecer no entiende que si silencian a uno, silencian a todos. Muchos muestran su solidaridad mientras otros cuestionan la integridad de Aristegui al denunciar un sistema corrupto y aún así ofrecer regresar al aire. Otros más la tachan de ególatra y de confundir su cheque mensual con libertad de expresión. Lo más rigurosos insisten en que se debió haber controlado y evitar propagar un rumor.

Aristegui finalizó ofreciendo su regreso por aquellos que están en la calle pidiéndolo. La condición única es que MVS retire su comunicado en el que afirma que ella transgredió su código de ética y que transmitió rumores como noticias . Mi pregunta es: ¿Necesita Carmen Aristegui a MVS? Tal vez ya es hora de que nos haga el favor de unirse al internet y dejar a atrás los medios débiles que el gobierno presiona fácilmente.

Muchas preguntas quedan pendientes, pero lo cierto es que como ella dijó “los ciudadanos y periodistas tenemos derecho a preguntar, a inquirir, especialmente a aquellos que están en el poder." Por cierto, ¿alguien sabe dónde se puede consultar el código de ética de MVS?

Para cerrar los dejo con el audio íntegro de la rueda de prensa dada por Carmen Aristegui:

Imagen: Javier Solórzano