Así de contundente, PG5 es la molécula más grande creada por el hombre: 10 nanómetros de diámetro y un peso equivalente a 200 millones de daltons. Su forma arbórea sería capaz de "almacenar" otras moléculas o servir de enlace con otro tipo de sustancias. Las macromoléculas abundan en la naturaleza, pero no en el laboratorio, por lo que estabilizar una molécula de las dimensiones de PG5 debe considerarse un logro científico.

Un grupo liderado por el Dr. Schlüter del prestigioso ETH en Zurich fue el responsable de la creación de PG5. Su trabajo inició con procesos estándares de polimerización --es decir, agrupación de pequeñas moléculas--, donde los átomos de carbón e hidrógeno sirvieron de soporte como si del tronco y las ramas se tratase, para anillos de benceno y nitrógeno, las "hojas" del árbol. Esto se repitió en varios ciclos para agregar subestructuras similares --¿les suena a recursividad?--. Al final se realizaron 170.000 reacciones químicas para lograr la síntesis completa.

La forma y dimensiones de PG5 son similares a las del virus del mosaico del tabaco. En este sentido, para Schlüter PG5 es "el primer paso hacia la síntesis de objetos moleculares". Y es que ya hemos visto antes cómo la ciencia ha creado nanobjetos, pero nunca moléculas como tales que hagan las veces de cilindros, esferas y otras formas útiles para distintos fines. Esto trae consigo fuertes implicaciones prácticas para la industria y la ciencia experimental en general. Como reza el cliché, el futuro nos alcanza.

Vía: NewScientist | Internetchemistry