La vida es una sombra que camina, un pobre actor que en escena se arrebata y contonea y nunca más se le oye. Es un cuento que cuenta un idiota, lleno de ruido y de furia, que no significa nada -- Shakespeare, Macbeth
Con esta cita, más o menos, Woody Allen enmarca You Will Meet a Tall Dark Stranger, su filme más reciente. Allen se vale de ella para argumentar a través de sus personajes que la vida sólo es llevadera si se apoya en la ilusión, que por lo demás sólo es miedo y decepción.
Y, ¿qué tiene eso que ver con el concepto de ciberguerra? Nada realmente. Excepto por el debate académico-político de su existencia o no, por las distintas versiones acerca de su ser o no ser, por el reporte publicado hoy por la OECD donde se le cataloga como una mera ilusión, en todo caso, una serie de actos de ruido y de furia sin más. Revisemos dos polos del asunto.
Acto I
La ciberguerra existe. Es decir, grupos hostiles alrededor de mundo comandados por Estados o grupos de poder atacan por razones políticas la infraestructura informática de sus enemigos. Al menos así la define Richard A. Clark, quien con la experiencia de tres décadas en el gobierno de los EE. UU. escribió Cyber War para decirle al mundo qué hacer al respecto.
El 2010 nos ofreció singulares ejemplos que sugieren que en Internet se ha estado librando una ciberguerra:
- Operación Aurora: China vs. Google y otras 20 empresas
- El virus industrial Stuxnet: Algún Estado-Nación vs. Irán
- India vs. Pakistán, hackers vulnerando sitios gubernamentales.
- Estonia tiene una fascinante historia de ciberguerra desde 2007.
Por otro lado, las acciones defensivas de los los EE. UU. no son menores:
El Departamento de la Defensa anunció en 2010 la creación de un nuevo cuartel para su Cibercomando de Fuerzas Armadas (ARFORCYBER)
La Agencia Nacional de Seguridad (NSA) anunció la creación un gigantesco centro de ciberseguridad cuyo costo será de 1.500 millones de dólares.
Curiosamente, para el jefe del consejo de ciberseguridad de Barack Obama "no hay ciberguerra [...] es una terrible metáfora".
Acto II
La ciberguerra no existe o en todo caso es una exageración que básicamente no representa nada nuevo. Puede verse como una ilusión creada por lo medios --ignorantes del tema las más de las veces-- y otros beneficiados de ese miedo --¿alguien dijo empresas antivirus?--.
La OECD publicó hoy un reporte dirigido por académicos ingleses donde se dice que
Es improbable que alguna vez exista una verdadera ciberguerra [...]
No es difícil para las naciones establecer unidades de ciberataque. Cualquier agencia que investigue, para propósitos de defensa la naturaleza de los ciberataques tiene todo el conocimiento necesario para originarlos y ocultar el hecho de que lo están haciendo [...] con inocentes máquinas zombie
No hay nada nuevo en lo que los hacktivistas hacen [...] Sus actos no deberían exagerarse. Son más como el tipo de cosas que Greenpeace hace [...] Algunas personas dicen que el ciberespionaje está a sólo unos clics de la ciberguerra. No es así; sólo es otra forma de espiar.
Bajo esas premisas, Anonymous y sus ciberataques contra los grupos anti WikiLeaks no son sino otra forma de vandalismo.
Siempre es interesante ver cómo se entiende el mismo tema desde distintos ángulos. Reuters dice "Los cyberataques podrían crear una tormenta perfecta" --¿amarillismo?--, mientras que la BBC "Los riesgos de una ciberguerra son exagerados" y NYT "¿Apocalipsis en el ciberespacio? Está exagerado".
Ciertamente, ilusión o no, todo ese ruido y furia de ciberguerras llegaron para no irse más.
Imagen: Blyon