Muchos sois los que habéis pedido que hablásemos sobre Adobe Lightroom, una espectacular suite para los fotógrafos digitales. Es algo así como un Camera Raw vitaminado lo que hace que podamos revelar todos nuestros negativos digitales prácticamente sin necesidad de pasar por Photoshop.
Hoy vamos a centrarnos en una de las herramientas más poderosas que Lightroom pone a nuestra disposición: el pincel de ajuste. Acceder a él es tan fácil como hacer click sobre el icono del pincel o pulsar K en nuestro teclado. Una vez que se despliegan las opciones del pincel podemos ver que dos grandes divisiones:
- Efecto. Aquí es donde vamos a decirle a Lightroom qué efecto queremos aplicar. En función de nuestra versión del programa tendremos más tipos de ajustes predefinidos. Por ejemplo en la última versión aparecen "mejora de iris" o "blanqueador de dientes". No os preocupéis si no aparecen en vuestra versión porque estos ajustes son simplemente configuraciones preestablecidas de los valores de exposición, brillo, saturación, claridad y enfoque. Es decir, aunque no tengáis un pincel específico para mejorar el iris podéis usar cualquier otro efecto y configurarlo de la siguiente manera: exposición 0,41 y saturación -63 (el resto de controles a 0).
- Pincel. Huelga explicar la funcionalidad de esta sección pues es la que se dedica a establecer las propiedades del pincel, desde el tamaño de mismo a la dureza del mismo. Podemos configurar dos pinceles con configuraciones diferentes para agilizar el trabajo de edición. Lo que si voy a recordar es que tenemos una casilla de máscara automática, muy útil en ocasiones: Si estamos trabajando el cielo de una fotografía con esta casilla activada podremos pasar el pincel allí donde el cielo se funde con el horizonte o las montañas sin temor de que los ajustes salgan del cielo y afecten a otras partes de la fotografía. Es como si convirtiese la imagen en varias capas y solo aplicara el efecto sobre la capa en la que estamos pintando. Donde mejor funciona esta opción es allí donde los contornos están bien definidos y existe un claro contraste entre la zona que queremos pintar y la que no.
En la última versión de Lightroom para ver qué zonas de la imagen se verán afectadas por el pincel mientras estamos pintando podemos activar la casilla mostrar superposición de máscara seleccionada que podéis ver bajo la fotografía. En versiones anteriores lo mejor es cambiar el color dentro de efecto y restaurarlo al acabar de pintar.
Podemos usar tantos pinceles como queramos, los mismos funcionan como capas independientes y pueden ser borrados uno a uno. Cuando usamos un nuevo pincel se crea un punto en la fotografía allí donde comenzamos a pintar. Para borrar una capa pinchamos en el punto del pincel de ajuste que queramos borrar y pulsamos en el teclado suprimir.
Esta gran herramienta solo necesita una cosa: práctica y más práctica porque se pueden corregir muchas cosas con imaginación y trabajo. Por poner un ejemplo: Imaginad que creamos un viñeteado en un retrato y oscurecemos la cara del sujeto... ¿qué podemos hacer? Fácil, usamos un pincel de ajuste, aumentamos la exposición un poco y pintamos sobre la cara para igualarla al resto del cuerpo. El resultado es perfecto, probadlo.