Dejadme que os cuente una fábula que escuché el otro día. La verdad es que la moraleja me gustó mucho. La historia comienza así:
En cierto momento de comienzos del siglo XXI el mundo se hallaba sumido en toda una revolución tecnológica, sobre todo por los dispositivos móviles: el iPhone, el iPad, la música en descarga desde Internet para escuchar en esos mismos dispositivos... Fue en ese tiempo, en una oficina de diseño de California, cuando surgió un nuevo icono para una aplicación antigua y conocida, iTunes. Era un logotipo muy innovador, pero excesivamente rompedor, totalmente diferente a los anteriores.
Un miércoles, a inicios de septiembre el nuevo símbolo fue presentado al mundo. La verdad es que tenía muchos deseos de gustar, de modo que se puso guapo para la ocasión. No era el único, sus creadores estaban orgullosos, hasta el jefe de la compañía lo mostraba con desdén. Sin embargo, entre el público mundial en un principio hubo comentarios muy dispares, generando un intenso debate entre aquel que decía que todo cambio era bienvenido, hasta el que criticaba severamente el nuevo diseño.
Es por eso que en unos cuantos días la blogosfera se llenó de artículos mostrando su profundo disgusto hacia la nueva criatura, cientos de posts llenaron las bitácoras centradas en el mundo de Apple. Además, incluso hubo quienes se plantearon cambiar el diseño por el antiguo o por otros supuestamente mejores.
Este fue el caso del usuario de la fábula, al que llamaremos Josué (por ponerle un nombre solamente). En un principio no estuvo a gusto con el icono. Es más, decidió cambiarlo por otros. Se le iban las horas mostrando su disgusto a los demás. Pero una mañana, mientras consultaba su correo en el Mac se dio cuenta de que por tiempo había tenido instalados en el dock unos cuantos iconos que eran mucho más feos que el protagonista de nuestro post y a los que no había dado tanta importancia.
Se fijó por ejemplo en el icono de WMware Fusion, con esos tonos azul y rojo en cadenas etrelazadas, ¡Qué horrible le parecía ahora! Pero no era el único, ahí mismo, en el dock, junto al de WMware, estaban los logos de [Bento], tan complejo y de Photoshop, tan simple y soso. Hasta algunos iconos creados por Apple habían pasado por sus ojos sin tanto espíritu crítico, como es el caso del icono de Mail. Por fin se dio cuenta de que había estado perdiendo el tiempo con trivialidades y prefirió darle otra oportunidad a aquel icono que miraba con ojos apenados, por fin pudo dedicarse a lo que de verdad le gustaba, leer AppleWeblog.
La moraleja de la historia es simple: "los rediseños de iconos no gustan a todo el mundo, pero siempre hay cosas más importantes de las cuales debatir".
Imagen: SoloVagos