Un proyecto soñado se hace realidad: el sistema de archivos ZFS creado por la extinta Sun Microsystems para Solaris fue modificado para trabajar de forma nativa en el kernel Linux. Desarrolladores del prestigioso Lawrence Livermore National Laboratory fueron los encargados de conseguirlo.
ZFS es un sistema de archivos de grandísma calidad técnica. Bajo el liderazgo de Jeff Bonwick -mírenlo feliz charlando con Torvalds-, ZFS fue diseñado desde cero para ofrecer un montón de características que otros sistemas de archivos desearían: agrupa volúmenes de almacenamiento de forma natural, es de 128 bits (e.g., soporta archivos de 264 bytes), es capaz de hacer deduplicación (eliminación de datos redundantes), entre otras maravillas.
Bueno, tampoco digo que ZFS sea perfecto ni que venga a hacer temblar la hegemonía de ext3 y 4 sobre Linux, ni la creciente avanzada de Btrfs (pronunciado como "Butter F S"). Como es natural en toda tecnología, tiene pros y contras, así como trabajo por hacer.
Recordemos que ZFS ya funcionaba parcialmente en Linux a través de FUSE. Éste último ayuda a la creación de sistemas de archivos fuera del ámbito de ejecución del núcleo, lo que inevitablemente conduce a un menor desempeño. Ahora bien, los de Lawrence Livermore hicieron una implementación directa y muy específica para sus necesidades, de tal suerte que para que ZFS funcione de forma normal con cualquier Linux requiere de una capa extra aún por desarrollar (al parecer viene en camino).
Por otra parte, se hizo correr ZFS con FUSE para no chocar contra la licencia GPL de Linux. En este sentido, el uso de ZFS directo sobre Linux sigue siendo problemático porque no es posible que los dos puedan distribuirse juntos. Será posible hacerlo sí y sólo sí los dos son compilados por el usuario final.
La llegada de ZFS a Linux significa que los usuarios de este sistema operativo tendrán la oportunidad de disfrutar del que quizá es el sistema de archivos más avanzado jamás diseñado. Nada mal, ¿cierto?