Con 360 millones de usuarios, no quedan dudas de la popularidad de Hotmail. Mientras se acerca a una de las renovaciones más importantes en los casi 14 años de vida, un repaso a su historia nos muestra cómo pasó de ser una revolución en la red, a correr detrás de sus competidores.

El nacimiento se dio en una época donde los únicos mails disponibles eran cuentas ofrecidas por ISP o instituciones educativas, a las cuales se accedía vía POP3. El problema estaba a la hora de viajar porque, obviamente, los clientes eran locales.

Sabeer Bhatia y Jack Smith tomaron nota de esto y presentaron, en julio de 1996, una alternativa: una casilla a la que pudiera accederse a través de cualquier navegador. La bautizaron HoTMaiL, con ese juego de mayúsculas en alusión al código HTML, utilizado a la hora de programar sitios.

En diciembre de 1997, sus 8,5 millones de usuarios llamaron la atención de Microsoft, quien lanzaba las primeras versiones de MSN, por entonces un browser limitado a los contenidos de la compañía. Tras adquirir Hotmail por 400 millones de dólares, lo integró a MSN, ahora convertido en sitio web. Tiempo después, fue la base del sistema Passport y del Messenger.

Más allá de los problemas de seguridad que sufrió, la mayoría de las mejoras fueron cosméticas, pese a que Yahoo! Mail comenzaba a ganar popularidad. Esto recién cambió con el estreno de Gmail en abril de 2004, que ofrecía un funcionamiento más sencillo gracias al uso de AJAX, y nada más y nada menos que 1 Gb de capacidad, contra los 2 Mb del producto de Redmond.

Este último, además de estar obligado a incrementar el espacio a un tamaño ilimitado, tuvo que ponerse al día. Así fue como nació Windows Live Mail en noviembre de 2005, que ya comenzó a tomar ideas de la competencia en su afán de mantener adeptos, como el diseño minimalista, el soporte de AJAX y la simplificación de la carga de archivos, eliminando la necesidad de una pantalla adicional para iniciar el proceso.

Con la ola de actualizaciones denominada wave 3, finalmente encontró un rumbo estético y mejoró tanto la velocidad de carga como la accesibilidad, dos problemas que lo dejaban claramente en desventaja. Meses después, incorporó detalles inspirados en otros servicios, como la descarga de adjuntos en un fichero comprimido, actualización automática de la bandeja de entrada, auto-guardado de borradores y atajos de teclado.

De esta manera llegamos a la actualidad, con jugosas novedades. La compañía reconoció la importancia de la nube, y por eso en breve estrenará Windows Live Docs integrado en el correo, con la clara intención de luchar contra Google Docs.

Pero también hay pequeños cambios, como el añadido de búsquedas en Bing, la previsualización de ciertos enlaces, la agrupación de conversaciones y hasta la remoción de publicidades en la firma de cada mensaje. Todas características que nos recuerdan claramente a la herramienta de Google.

Con estos ejemplos, no quiero decir que estemos ante una copia burda de los competidores y que eso le quite todos los méritos que hizo en este tiempo para ser tan popular. ¿Por qué? La adopción de funcionalidades que ya encontrábamos en otras partes, mejoran la experiencia del usuario y hasta generan una especie de estándares para quienes utilizan varios productos.

Lo importante, es que cada detalle fue adaptado a las particularidades de Hotmail, manteniendo el cuidado visual y haciéndolo útil, no sólo tenerlo porque el otro también lo ofrece. Eso también tiene su mérito, pero al mismo tiempo, indica que ya no está a la vanguardia, sino que ahora se busca hacer lo necesario para mantener el reinado. ¿A ustedes qué les parece?

Imagen: Wikipedia