Phobos

Marte, también conocido a nivel popular como el Planeta Rojo, es sin ningún atisbo de duda uno de los planetas de nuestro sistema solar que más interés ha suscitado en la carrera espacial. Desde los años 60 hasta nuestros días se han enviado a Marte más de 30 sondas espaciales de todos los tipos y colores con el objetivo de escudriñar el planeta telúrico de arriba a abajo.

Este gran interés por Marte se debe a que es el planeta de nuestro sistema solar más parecido a la Tierra en términos de habitabilidad, siendo dos las principales preguntas que se buscan responder: ¿por qué y cómo llegó Marte a ser como lo conocemos hoy? y ¿existe vida en el Planeta Rojo?

Por esas dos cuestiones y otras muchísimas más se han mandado sondas espaciales hasta el planeta en una trepidante carrera de investigación, la cual ha sido extremadamente satisfactoria a la par que decepcionante en muchas ocasiones, llegándose incluso a construir una leyenda entorno a Marte en la que se le bautizó como “el devorador de sondas” ya que un alto número de las enviadas fracasaron.

Dejando de lado las leyendas sí que es una realidad que Marte se ha cobrado un número de sondas espaciales que llama la atención, las cuales os enumero seguidamente:

  • En los 60 la URSS envió 8 sondas de las cuales ninguna llegó al planeta

  • En esa misma década los Estados Unidos mandó 4 y tuvieron más éxito, solamente 1 falló.

  • La “masacre” continuó en los 70, la entonces Unión Soviética realizó 11 lanzamientos y los EE.UU 4, fracasando en el caso de los rusos 7 de ellas y en el de los estadounidenses 2.

  • Llegaron los 80 y con ellos nuevos objetivos, la URSS puso en marcha el Programa Fobos cuya misión era estudiar Marte así como dos de sus satélites, Fobos y Deimos. Nuevamente las misiones fallaron, Fobos 1 ni si quiera alcanzó Marte y Fobos 2 se estropeó a los pocos meses de llegar al planeta.

  • Gracias a importantes avances técnicos los año 90 fueron una década bastante exitosa en el estudio de Marte aunque durante este periodo el planeta también se cobró varias víctimas, concretamente la Mars Observer, Mars Climate Orbiter y Mars Polar Lander estadounidenses, la Mars 96 rusa y la Nozomi enviada por Japon.

Todo esto nos demuestra no que el Planeta Rojo esté maldito si no lo extremadamente complicado que es estudiar un planeta tan lejano al nuestro y lo imprescindible que es seguir avanzando en el mundo de la tecnología, vehículo que permite dar grandes pasos en diversos campos, también en el de la investigación espacial. Finalmente sirva este repaso también para que seamos más conscientes en el futuro de los grandes esfuerzos humanos y tecnológicos que se están haciendo con el objetivo de responder multitud de preguntas sobre Marte y darle mucho más valor a los nuevos descubrimientos.

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