Una de las teorías relacionadas con el autismo desarrollada en los 80, conocida como teoría de empatía-sistematización, viene a decir que, simplificando mucho, los autistas pueden sistematizar (proceso de elaboración de conocimiento luego de la experiencia en una realidad) pero no siempre empatizar (capacidad cognitiva de percibir en un contexto común lo que un individuo diferente puede sentir).
Pues bien, ahora un grupo de científicos de la Universidad Tecnológica de Nanyang están trabajando en un sistema que podría ayudar a los niños autistas a identificar las emociones de las personas que los rodean. Hablamos de un sistema de reconocimiento facial inteligente portátil que analiza las caras y dependiendo de las características encontradas les asigna la emoción que corresponda (un ejemplo simple: ceño fruncido=enfado)
Aún falta por ver si el sistema será eficaz o no, si conseguirá facilitarles las cosas a los niños autistas en cuanto a reconocer las emociones que muestran las caras de su alrededor. Por el momento siguen trabajando y si los resultados finalmente son satisfactorios estaríamos ante un importante avance que personalmente me gustaría mucho ver.