Wicked (2024) de Jon M. Chu tiene un complicado objetivo que cumplir. Y ese es, por supuesto, deslumbrar tanto a los fanáticos de la obra musical como a los lectores amantes del libro original. Y, además, encontrar su propio lugar en la mitología del reino de Oz. Que incluye películas, series y una nutrida obra literaria llena de referencias cruzadas a la novela original de L. Frank Baum. Por lo que la cinta es un reto tanto para su equipo de producción como para el elenco encargado de dar vida a los icónicos personajes. Lo que ha despertado una considerable expectación.
Razones no faltan. Como producción, el largo legado de Wicked se remonta al año 1995, cuando el escritor Gregory Maguire reimaginó el clásico libro para niños desde una óptica por completo novedosa, al contar la historia de las brujas de Oz. Wicked: The Life and Times of the Wicked Witch of the West, y el mundo que describía, se convirtió en un éxito de inmediato. Además, reavivó el interés del argumento original. Después de todo, Wicked exploraba a fondo el reino mágico de Oz. Lo que incluía a sus habitantes, peculiaridades y todo lo que el escritor relató como una batalla entre el bien y el mal.
Posteriormente, en 2003, los productores Marc Platt y David Stone, junto con la escritora Winnie Holzman y Stephen Schwartz, adaptaron el argumento y lo convirtieron en un musical. Pero además, en un espectáculo que combinaba tanto el célebre libro para niños como la obra de Maguire. El resultado fue Wicked, que se convirtió en un éxito de crítica y público desde su estreno. Protagonizado por Kristin Chenoweth e Idina Menzel, la obra no solo se distinguió por su imaginación y puesta en escena, también por su sensibilidad al tocar temas como el prejuicio y el racismo. Un extremo que ahora la cinta promete ampliar y profundizar.
Una historia querida para un nuevo público

La historia detrás de Wicked es una de las más importantes del mundo del entretenimiento. El musical, producido por Marc Platt (que también produce la película), renovó, en varias maneras distintas, la forma de contar relatos de fantasía sobre el escenario del teatro. Estrenada primero en San Francisco el 10 de junio de 2003 para probar su efectividad, la pieza deslumbró al público y a la crítica invitada para las presentaciones. Por lo que su estreno en el Teatro Gershwin de Broadway fue un éxito sin precedentes.
Para la ocasión, la puesta en escena era una combinación del libro de Baum y Maguire. Por lo que el guion contaba la vida de Elphaba, la bruja mala del oeste, y Glinda — la bruja buena —, desde ángulos por completos distintos al habitual. Lo que le permitía reflexionar acerca del racismo, el empoderamiento femenino, el bien y el sentido del propósito en una historia compleja y divertida. Lo que incluía el vestuario y la puesta en escena, con innovaciones en el uso de la luz y juegos de efectos especiales prácticos. Wicked pronto se convirtió en uno de los espectáculos más queridos del circuito de teatros estadounidense.
¿De qué va la novela ‘Wicked’?

El relato de Gregory Maguire comienza con los eventos que condujeron a la muerte de Elphaba, debido a la llegada de Dorothy a Oz. Pero, en lugar de explorar solo en un lado de la verdad, la presencia de Glinda permite profundizar en la personalidad de la bruja de piel verde. Y descubrir, además, que se trató de una mujer rechazada, discriminada y que, al comienzo, desconocía los límites de su propio poder.
Por lo que Glinda, la bruja buena, toma la palabra para contar el pasado en común de ambas y todo lo que ocurrió para que Elphaba se convirtiera en una criatura pérfida. La historia retrocede entonces, para relatar la juventud de los personajes, pero más curioso aún, la forma en que el reino de Oz se vuelve un territorio complicado y lleno de intrigas. Uno de los puntos más interesantes de la novela es que va más allá de la magia y la fantasía, para contar una historia honesta y sensible acerca de la discriminación.
Una que, además, explora los prejuicios, la corrupción del poder e, incluso, la búsqueda del objetivo espiritual. Eso, a través de la trágica Elphaba, que desde muy joven, tuvo que sufrir las críticas y burlas por el tono verde de su piel. Lo que la llevaría a convertirse en la bruja malvada y poderosa que sería mucho después, y que Dorothy terminaría por matar, casi de manera accidental.
Un éxito mayúsculo sobre las tablas

Presentándose de manera ininterrumpida por 21 años, la obra ha cosechado un enorme éxito. Hasta ahora, ha obtenido tres premios Tony y siete premios Drama Desk, un premio Grammy al Mejor Álbum de Teatro Musical, además de 10 premios Outer Critics Circle. Para el 2017, la obra superó a El fantasma de la ópera como el segundo musical más taquillero de Broadway. Únicamente le supera El rey león.
Por si todo lo anterior no fuera suficiente, el espectáculo de Wicked recorrió 100 ciudades en 16 países, durante dos décadas. Lo que le valió convertirse en un fenómeno de popularidad a escala mundial. En la actualidad, se calcula que la obra ha sido vista por 65 millones de personas. Una cifra que demuestra la capacidad del espectáculo para renovarse y hacerse cada vez más interesante, con el transcurrir del tiempo.
El salto al cine para una muy esperada adaptación

Para la llegada al cine de la querida obra, el producto Marc Platt reunió a los creadores que trabajaron a lo largo de las décadas en la obra teatral. Por un lado, la nominada al Emmy y al Tony Winnie Holzman, escritora del libreto del espectáculo original. Al otro extremo, el responsable del querido y popular repertorio musical, el compositor ganador del Grammy y el Oscar Stephen Schwartz.
Por lo que el equipo, junto con el director Jon M. Chu, declarado fanático de la obra, se ha esforzado porque el espectáculo, para la pantalla grande, no tenga nada que envidiar al teatral. En una entrevista para ScreenRant, el creativo explicó que su intención era crear una nueva experiencia que, como la obra original, tuviera una personalidad propia.
Lo que le llevó a decidir que la historia se filmara en dos partes — la segunda, se estrenará en noviembre del año entrante — y con parte de la partitura original. Todo un logro que convierte a la venidera película, no solo en un homenaje a la célebre obra de Broadway. También, a los fanáticos que aman el atemporal relato de las brujas del reino de Oz.

