Un 28 de agosto de 1988 se producía en la base aérea de Ramstein una de las mayores catástrofes vistas en un espectáculo aéreo. Tres aviones de combate Aermacchi MB-339 colisionaban en pleno vuelo matando a 70 personas e hiriendo de gravedad a otras 346.
El accidente ocurrió cuando los pilotos de la Frecce Tricolori culminaban una de las maniobras acrobáticas más peligrosas, “the pierced heart”, en la que los aviones forman un corazón delante de los espectadores a escasos metros y un caza en solitario pasa justo por delante del “pico” del corazón. La mínima descoordinación se traduce en desastre automáticamente.
Y eso pasó en esta ocasión. El avión capitaneado por la coronel Ivo Nutarelli llegó demasiado bajo y rápido al final de la maniobra, chocando a unos 300 kilómetros por hora contra la cola del avión pilotado por Naldini. Este pierde completamente el control y choca contra un tercer jet de la formación, el pilotado por el capitán Giorgio Alessio.
Dos de los tres pilotos morían en el impacto y Alessio eyectaba pero no se abrió el paracaídas por estar demasiado bajo. La peor parte se la llevó la multitud congregada allí sobre la cual cayó, como si de una bomba de queroseno y metralla se tratase, el avión de Nautarelli. Además se produjeron numerosos fallos en las labores de rescate, por ejemplo en un primer momento no se dejó pasar a las ambulancias alemanas al ser la base militar de propiedad estadounidense.
Una auténtica catástrofe que en esta ocasión se produjo simple y llanamente por un error del piloto. Espero todo lo sucedido ese trágico día 28 de agosto de 1988 sirviera, al menos, para tener muy presente lo peligroso de las exhibiciones aéreas y lo necesario de mejorar los protocolos de seguridad.
Vía: Wired