Michael Jackson

Hay días que son acelerados y otros que se nos pasan rápido, hay días que usamos mas fuerza de la necesaria y otros en que no tenemos la fuerza para seguir adelante, lo que es innegable es que algunos días que son mejores que otros. Eso dice U2 en el título de una canción que me pareció apropiada para la noticia con la que empece mi día el pasado 25 de junio y que inspiró esta pequeña nota. Fue uno de esos días, uno en los que se vuelve difícil tomar la decisión de que tan bueno es, pero una cosa es segura: Michael Jackson murió y ese día jamás lo voy a poder olvidar.

Con el pasar de los años, días como éste se van acumulando en nuestra memoria. De acuerdo a tu generación podrás recordar unos u otros, yo por ejemplo ya cargo con varios como el de la muerte de Kurt Cobain, John Lennon o la del mismísimo Elvis Presley. Así mismo puede ser que para muchos éste sea el primero de “esos” días, donde lo más curioso es que su peso y paso por nuestra vida puede ser definitivo. En mi caso por ejemplo la muerte de Elvis me hizo comprar mi primer LP, con el pretexto de saber quién era esa persona de la que todo mundo hablaba. Sobra decir que esa acción definió el resto de mi vida. Lo que hago, lo que me gusta y lo que quiero hacer cambiaron por los sucesos de ese día.

Michael Jackson

Otra curiosa cualidad de estos días es el que se experimenta de manera inexplicable una colectiva y positiva “limpia” de percepciones y en un segundo la vida de estos personajes deja a un lado todo aquello que por años resulto discutible o negativo. Para nadie es un secreto que la vida de Michael Jackson ha permanecido durante muchos años en ese lado del espectro, pero desde su muerte, lo que resalta son sólo los buenos momentos que la memoria colectiva ha guardado de manera individual en los recuerdos de las personas, los momentos que cada uno pasó junto a su obra. La presencia de Jackson es una de las pocas que ha marcado a individuos en todo el planeta. Puede ser la primera vez que apareció el video de Thriller en televisión, su voz a través de un radio AM en un Volkswagen rojo en los setentas cantando el tema de Ben, la primera vez que hizo un Moonwalk en un show en vivo por televisión y que al otro día todos hicieran conclusiones sobre como fue hecho ese "efecto", o simplemente el recuerdo de algún amigo imitando sus pasos en alguna pista de baile de cualquier fiesta en nuestras vidas. Esos son sólo algunos de los que yo recuerdo hoy, seguramente no son los mismos que tu recuerdas pero he ahí la magia de la percepción todos tenemos nuestra propia interpretación y hoy podemos hacer nuestra conclusión de si es un buen o mal día.

Yo me inclino a pensar que ese fue un gran día, no porque muera Michael Jackson (o Farrah Fawcett para tal caso) sino porque de forma colectiva todos recordamos lo mejor de uno de los catálogos y trayectorias más sorprendentes de la música de nuestra era y momento en la historia. ¿Estoy acaso evitando hablar de la persona? la respuesta es que no, pero a la persona yo no la conocí y su juicio no me compete. Aunque en su defensa podemos decir que los jueces en más de una ocasión lo dejaron libre, así que sus escándalos alcanzarán en cualquier caso el mismo peso que los de otros excéntricos y controvertidos de los que abundan en el mundo del arte.

A Michael Jackson no lo conocí pero su música es parte de mi vida como seguro es parte de la tuya también, sin importar cual sea la connotación. Por ese recuerdo y porque hoy podemos revivir una buena parte de nuestras vidas es que me atrevo a decir que : fue un gran día, porque como empecé esta nota, algunos simplemente son mejores que otros. Descanse en paz El Rey del Pop y que en algún lugar su música inspire a alguien a que su vida cambie, como el mismo Jackson cantaba en su Man in The Mirror.

33 respuestas a “Some days are better than others o el día en que Michael Jackson murió”