Aquello de lucrar mediante la venta de información ajena, sobre todo de cuentas de todo tipo, de Internet es para preocuparse. Si bien los que estamos habituados al medio detectamos con alguna facilidad (tampoco es que estemos exentos) los engaños para dar datos a un tercero, una gran cantidad de internautas latinoamericanos navegan a su suerte alrededor de múltiples trampas que quieren nuestras contraseñas o cuentas de banco.
La cantidad de sitios maliciosos que buscan sacar información de los usuarios creció un 66% respecto al 2007 según un estudio de Symantec. México, con un 17% de participación al respecto, ocupa el segundo lugar, de diez, en América Latina en ocupar estas prácticas, sólo por detrás de Brasil.
Con un 64% de internautas mexicanos con acceso a Internet que usan los servicios de banca en línea, la venta de información de tarjetas de crédito subió, respecto al año pasado, de 21% a 32% pudiendo costar apenas 30 dólares "solicitar" ésta a algún programador.
Pone a pensar el hecho de que siempre hay gente que comienza a usar Internet y no hay mucha información a menos que uno la busque, que alerte u oriente sobre metodologías para el robo de cuentas o información. Tal vez los bancos deberían estar más activos en informar a sus usuarios, pues aquello del token para las contraseñas no protege de los fraudes por pishing.