Lars Ulrich seguramente fue el hombre más odiado del internet a principios de la década cuando hizo una cruzada personal para encontrar y acosar a sus fanáticos que descargaban música en Napster.
No solo eso, se puso del lado de la discográficas y se convirtió en una especie de superhéroe defensor de las pobres compañías que de repente se veían enfrentadas a un modelo de distribución que no les resultaba conveniente. Metallica y Ulrich dejaron clara su posición: las descargas son malas para los artistas, quienes usan redes P2P nos perjudican.
Pero las cosas cambian, el panorama musical es diferente en 2008 y pretenden que olvidemos esos lloriqueos de hace siete años (cuando aún vendían miles de álbumes), pero ahora que pasan por una crisis, que no venden medio disco y que son recordados como parte de esas bandas de heavy metal ochenteras, poco cool, quieren regalarnos su disco, siguiendo el mismo camino de éxito de Radiohead o Nine Inch Nails. n
Vía: Enrique Dans