Si los pingüinos pudieran viajar, su medio de transporte favorito seguro que sería el avión. Dadas las bajas temperaturas que reinan en cabina, se sentirían como en casa ¿Pero por qué? No importa si es verano o invierno o si viajamos a un lugar más o menos caluroso. Siempre hace un frío polar.

La respuesta rápida es sencilla: hace frío porque el aire acondicionado está muy fuerte. Pero eso lleva a una segunda pregunta: ¿hay algo que haga necesario llevar el termostato a esos niveles tan incómodos? Y la respuesta es que sí. Si pasamos frío cuando viajamos en avión es, básicamente, por nuestra salud. 

Y es que, a pesar de la presurización, que nos mantiene a salvo de las bajadas de presión resultantes del aumento de altura, en maniobras como al despegue o el aterrizaje se producen cambios de presión muy bruscos. Además, estos se unen a la bajada de los niveles de oxígeno que se genera con la altura, así como con otros factores. Esto puede dar lugar a síncopes que, según un estudio llevado a cabo por ASTM International en 2008, se corresponderían con un 15%-22% de los incidentes médicos reportados en aviones. Y parece ser que esos síncopes se dan con mayor frecuencia a temperaturas elevadas. Por eso, el frío polar en cabina es una forma de mantenernos a salvo de desmayos. 

¿Qué es un síncope?

Un síncope es una pérdida brusca y breve de consciencia, que generalmente se soluciona espontáneamente y sin necesidad de reanimación.

Puede deberse a muchos motivos, desde una hipoglucemia hasta un esfuerzo intenso, como un ataque de tos. También puede darse por causas graves, como un ataque al corazón, o mucho más benignas, como levantarse muy deprisa. Hay personas mucho más propensas, que pueden sufrirlo incluso en situaciones de miedo o estrés. Pero en general puede ocurrirle a cualquiera.

En el caso de los aviones son bastante comunes y, generalemnte, parece ser que tienen relación con la hipoxia. No es una hipoxia peligrosa, que pueda causar la muerte de quien la sufre. Ahora bien, que no sea grave no quiere decir que no sea molesta. A nadie le apetece desmayarse en el trayecto a sus vacaciones o durante un viaje de negocios. En general, a nadie le apetece desmayarse en ningún momento. Por eso, se recurre a trucos como el control de la temperatura.

Mejor pasar frío en los aviones que perder el conocimiento

En los aviones la probabilidad de hipoxia es alta por varios motivos. Interviene la altura, pero eso no es todo. También se relaciona con una reacción de la ventilación pulmonar desencadenada por la inmovilidad, la somnolencia y la distensión gastrointestinal.

Todos estos factores pueden conducir a un incómodo desmayo, que se genera con más probabilidad si la temperatura es alta. Tanto en vuelo como en tierra. Por eso, se tiende a mantener una temperatura tan fría.

En la actualidad se están comenzando a usar termostatos mucho más precisos, que varían la temperatura por filas. No es lo mismo estar a mitad del avión que en la cola, por lo que es importante regular los grados de forma específica. Aun así, el resultado es un frío intenso.

Pero es un frío necesario. Por eso, si vas a viajar en avión, no te quejes por el frío. Si fuese más calentito a lo mejor te arrepentirías de haberlo deseado. Ponte una rebequita y disfruta del vuelo. 

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