La presentación de la primera beta pública de iOS 9.3 ha traído consigo numerosas novedades. Entre otras, la protección de la información sensible en Notas gracias a TouchID o mayores facilidades y mejoras en Apple News, Health o CarPlay. Pero tal vez la más sorprendente haya sido la implementación del servicio **Night Shift, una función por la que Apple "ajusta automáticamente la pantalla dando más calidez a los colores para reducir la luz azul" al anochecer.

Hace solo unos meses, Apple eliminó la posibilidad de cargar f.lux** en los dispositivos con iOS 9. Un paso que, con la llegada de Night Shift, ha hecho que los creadores de f.lux acusen a los de Cupertino de plagio en un comunicado, señalando que son los "innovadores originales" y "líderes" en este área. Más allá de la polémica sobre los derechos de propiedad intelectual relacionados con esta función, cabe preguntarse si Night Shift tiene sentido. ¿Son ciertas las afirmaciones que Apple realiza en la presentación de iOS 9.3?

Numerosos estudios demuestran que la exposición a luz azul al anochecer puede afectar a tus ritmos circadianos y dificultar la conciliación del sueño. La función Night Shift utiliza el reloj y la geolocalización del iPhone y del iPad para determinar cuándo anochece allí donde te encuentras. De modo que al anochecer tu dispositivo iOS ajustará automáticamente la pantalla dando más calidez a los colores para reducir la luz azul. Al amanecer devolverá la pantalla a sus valores normales. Felices sueños.

El Dr. Rubén Pascual, autor del blog Ocularis, explica a Hipertextual que "no hay evidencias clínicas de que un exceso de luz azul poco antes de dormir altere el ritmo circadiano en humanos". La hipótesis que se baraja procede de ensayos realizados en modelos animales, donde el mecanismo que existe de luz azul y la melatonina es más relevante. La luz azul ha sido utilizada como recurso en campañas publicitarias donde el miedo es el principal protagonista, como por ejemplo en los anuncios de los filtros **Reticare**. En este caso, la compañía española asegura que la luz azul -a la que califican como "tóxica"- estaría asociada con la degeneración macular. Afirmación que, teniendo en cuenta la evidencia científica disponible en estudios en humanos, puede considerarse falsa.

¿Qué sabemos en la actualidad sobre la influencia de la luz azul en nuestros niveles de melatonina? Como explica el propio Pascual en su blog, "se ha demostrado que, como factor aislado, la exposición a luz azul inhibe la liberación de melatonina, y viceversa (la ausencia de luz azul se asocia a mayor liberación de esta)". La melatonina es una hormona, producida por la glándula pineal, que ha sido asociada con el ritmo circadiano del sueño-vigilia. Según la hipótesis planteada, la luz azul inhibiría la producción de melatonina y esto nos influiría negativamente a la hora de dormir. Pero como dijera Carl Sagan, "afirmaciones extraordinarias requieren evidencias extraordinarias". ¿Qué pruebas tiene la ciencia hasta el momento?

¿Altera el sueño la luz azul?

Pascual comenta que "el uso de la melatonina como fármaco durante décadas ha demostrado un papel menor en la regulación del sueño". Existen diversos estudios, según el responsable de la sección de Oftalmología infantil y Estrabismo en el Hospital San Pedro en Logroño, que relacionan la luz azul con alteraciones del sueño. Pero dichas alteraciones "se deben a una falta de luz azul, no a un exceso", añade Rubén Pascual. El oftalmólogo plantea que todavía debe probarse que la luz azul sea el factor principal que condiciona la liberación de melatonina. En caso de que esto se lograse, todavía deberíamos confirmar que existe una relación causa-efecto entre los niveles de melatonina y los ritmos de sueño-vigilia. Según publica en Ocularis, "la mayor parte de los estudios a este nivel nos hablan de experimentos en roedores y otros animales con un sistema nervioso sustancialmente diferente del nuestro".El Dr. Rubén Pascual afirma que "nuestra especie ha evolucionado recibiendo luz principalmente azul antes de dormir"

Por ello, Apple se equivoca al afirmar que "numerosos estudios demuestran que la exposición a luz azul al anochecer puede afectar a tus ritmos circadianos y dificultar la conciliación del sueño". Y es que no es cierto que la luz azul deba ser considerada como "artificial". En las últimas décadas, la iluminación "artificial" corresponde al espectro amarillento, ya que se empleaban luces de incandescencia. Además, como explica Pascual, "durante la historia reciente de la humanidad, la fuente "artificial" de luz que hemos utilizado ha sido el fuego, tanto en forma de hoguera, lámparas de aceite o velas", que también presentan una proporción de azul escasa.

Sin embargo, "por la noche, tras irse el Sol, la luz natural viene de la Luna y las estrellas, y esta iluminación es la que durante millones de años ha condicionado la evolución de nuestro sistema visual y nervioso". Curiosamente, según confirma el experto a Hipertextual, esta luz tiene un alto componente de azul, proporcionalmente mayor que cualquier pantalla de dispositivo electrónico o LED "frío". Por eso no es de extrañar "que el fotorrreceptor de la retina que nos permite ver en condiciones de poca luz tenga su mejor sensibilidad en el espectro del azul", precisamente la gama de la luz nocturna "natural". En palabras del Dr. Pascual, "nuestra especie ha evolucionado recibiendo luz principalmente azul antes de dormir".

Night Shift
Subbotina Anna | Shutterstock

La evidencia científica disponible hasta la fecha sí reconoce el importante papel que juega la luz en la regulación de los ritmos circadianos. Otros investigadores, como especialistas en contaminación lumínica o el Dr. Juan Antonio Murcia, catedrático de Fisiología, discrepan de las afirmaciones de Pascual. El profesor de la Universidad de Murcia señala en este artículo que "la luz es el principal sincronizador del sistema circadiano" y que en cuanto a la iluminación nocturna se refiere, "recomienda las lámparas en cuyo espectro se encuentre reducida la banda del azul". Esta segunda opinión coincide con un trabajo, publicado en la revista *Proceedings of the National Academy of Sciences*, en el que los científicos alertan del uso nocturno de dispositivos como tablets o smartphones, que podrían empeorar la calidad del sueño.Existen estudios preliminares que relacionan el uso de dispositivos móviles con una peor calidad del sueño, pero necesitamos investigaciones en mayor profundidad para confirmar estas hipótesis a nivel clínico

Los investigadores, sin embargo, admiten en el citado artículo que se trata de un estudio limitado. Por un lado, se trata de un grupo de voluntarios muy reducido (12 personas). Por otro, los propios científicos reconocen que el tiempo de exposición es demasiado largo (cuatro horas), muy alejado del uso habitual de dispositivos móviles. En definitiva, la relación que existe entre la luz y el sueño es evidente, pero se trata de una hipótesis fisiológica. Necesitamos más estudios sobre los ritmos de sueño y vigilia y el impacto clínico que tiene específicamente la luz azul sobre estos ciclos.

Porque no olvidemos que la utilización de smartphones o tablets aumenta nuestra atención y esto también retrasa el sueño. En otras palabras, la alteración de los ritmos circadianos responde en realidad a un complejo cúmulo de circunstancias que todavía deben ser analizadas en detalle. Por ello la introducción de este servicio puede calificarse, en palabras de *Microsiervos como una suerte de "app*aternalismo". Y es que la evidencia científica disponible en la actualidad nos hace dudar de las afirmaciones categóricas que hace Apple en la presentación de Night Shift y preguntarnos si tiene algún sentido esta nueva función de iOS 9.3. Parafraseando a Sagan, se necesitan más pruebas extraordinarias para asumir y aceptar aseveraciones de este tipo.

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