Andábamos por la playa, de arena rubia y clara, escuchando los chillidos de las gaviotas. Eran bastante más ruidosos que de costumbre. Al doblar unas dunas vimos claramente como un gran banco de aves estaba agitándose y sobrevolando el lugar. Era una imagen inquietante. Pero ni de lejos tan sobrecogedora como lo que encontramos en la playa: el cuerpo de tres enormes ballenas varadas se encontraba tirado, como si fueran gigantescos juguetes rotos en mitad de la arena. Recuerdo que una de ellas era más pequeña, aunque me sobrepasaba la cintura. Probablemente una cría. No se si alguno de los otros dos correspondería al cuerpo de la madre. La escena estaba atestada de gaviotas que arrancaban pedazos de carne, dándose un festín. Y en aquél momento pensé, ¿qué ha pasado? ¿cómo han muerto tres ballenas de repente? ¿y cómo han llegado hasta aquí?
La mayor cantidad de ballenas varadas hasta la fecha
Las ballenas podrían ser rorcuales de sei, una especie amenazada de la que solo quedan 80.000 ejemplares
El pasado noviembre nos llegaba una impactante noticia: en las costas de la Patagonia chilena aparecían nada más y nada menos que 337 ballenas varadas. Muertas. El mayor número de varamiento de cetáceos recogido hasta la fecha. Por la dificultad del terreno, debido a la situación en la que están, ha sido muy difícil analizar los cadáveres. Pero las muestras fotográficas por satélite indican que, probablemente, las ballenas varadas sean rorcuales de sei (Balaenoptera borealis) una especie amenazada (y protegida) de la que se estima que solo quedan unas 80.000 en todo el globo.
Estas ballenas viven en las profundidades, en grupos pequeños, alimentándose de krill y otros pequeños crustáceos del plancton. Por lo que indican las imágenes, las ballenas varadas han llegado en diversas tandas a las playas que se encuentran entre el golfo de Penas y Puerto Natales. La diferencia entre el estado de descomposición y la situación de los cuerpos es complicada de analizar desde el aire. Sin embargo, hay una cuestión que queda clara: este no es un evento normal.
Cuando varan las ballenas
Hay que dejar claro que el que no sea un evento normal no quiere decir que no sea natural. A lo largo del año se cuentan más de 2.000 casos de ballenas varadas de media, en todo el mundo. En algunas ocasiones las ballenas pueden ser salvadas de la deshidratación o el aplastamiento y se devuelven al mar. En muchas otras otras, las ballenas, sencillamente, llegan muertas a la playa. Las razones varían muchísimo. Normalmente, las ballenas vivas que quedan atrapadas en la costa son animales que se han perdido y un cambio de marea, una fuerte tormenta o un problema con las corrientes las deja atrapadas en el litoral.
En estos casos, si nos damos cuenta, podemos tratar de ayudarlas a sobrevivir, puesto que las ballenas son mamíferos con pulmones, pueden respirar en la superficie sin problemas. El principal inconveniente, además de que su propio peso pueda colapsar su sistema respiratorio, es la deshidratación, que se ceba en su piel o en el espiráculo por dónde respiran. No obstante, por desgracia, una ballena varada es muy difícil de recuperar debido a las lesiones ocasionadas por su estancia en tierra o, incluso, probablemente porque ya se encontraba enferma, lo que ocasionó el varamiento.
La marea roja
Pero cuando existe un caso como el de la Patagonia chilena, los biólogos marinos no pueden dejar de hacerse algunas preguntas inevitables: ¿cómo puede ser que 337 ballenas hayan muerto en un periodo tan corto de tiempo? Aunque los investigadores se han negado a dar sus conclusiones todavía, este no es el primer caso de ballenas varadas de forma masiva en las playas. Y muy probablemente, como en otras ocasiones, el asesino en masa de de ballenas sea una sencilla alga roja. Debido a un crecimiento intensificado por un aporte excepcional de nutrientes (también conocido como bloom), las microalgas rojas en realidad no se consideran algas (del reino vegetal), sino que son microorganismos protistas capaces de producir una serie de toxinas letales. Estos crecimientos forman las llamadas mareas rojas, una oleada de microorganismos que colorea las aguas y mata a muchos animales, entre los que se encuentran las ballenas, acostumbradas a filtrar el medio en busca de alimento.
Muchos de estos blooms se deben a contaminación por basuras y fertilizantes, que llegan al agua como deshechos y alimentan la proliferación de estos microorganismos. Pero también se conocen casos de mareas rojas naturales y que mataron a miles de ejemplares. Así, por ejemplo, lo deja recogido la historia que cuentan los huesos del cementerio de ballenas del desierto de Atacama. En otras ocasiones, sin embargo, **nuestra basura causa severas lesiones a los animales marinos, por supuesto**. Pero las catástrofes y las extinciones siempre han ocurrido de manera natural en nuestro mundo. La cuestión es evitar convertirnos, nosotros, en los culpables de estas extinciones. La única manera de hacerlo es concretar políticas de protección severa y concienciar a la gente. Y para concienciar, primero hay que conocer y aprender más sobre las misteriosas razones que hay tras las ballenas varadas.