Cuentan que cuando los arqueólogos se toparon con los restos, enterrados en el suelo bajo el cielo de Etiopía, en el 74, sonaba en la radio Lucy in the sky with diamonds de los The Beatles. De aquí, explica Donal Johanson, provino el nombre: Lucy. Tras meses de trabajo, desenterrando lentamente, limpiando con pinceles cada pieza y estudiando sus formas durante semanas, el equipo consiguió reconstruir lo que parecía el esqueleto de un homínido. Aunque solo se ha encontrado algo menos de la mitad del esqueleto completo, Lucy es hoy día uno de los fósiles más importantes del mundo. Considerado como el primer "eslabón" encontrado que muestra claramente nuestra relación con los primates más antiguos, cuarenta y un años después Google ha decidido homenajear este evento con un simpático doodle.
¿Quién es Lucy?
Tras mucho investigar, lo que ha llevado años de análisis e hipótesis, Lucy resultó ser una hembra de Australopithecus afarensis, una especie de homínido que se sitúa en nuestra línea de antepasados y que vivió hace unos 3,2 millones de años. La hembra, era un primate peludo, de poco más de un metro y con una capacidad craneal tres veces menor que la nuestra. Con total probabilidad su cuerpo estaba cubierto de pelo y su rostro se parecía muchísimo al de los actuales chimpancés. Pero hay un detalle que diferencian a Lucy de otros antepasados: se erguía y caminaba sobre dos piernas.
Hay que entender que este hecho muestra un hito crucial en la historia de la evolución. Moverse sobre dos patas es más eficiente y requiere de un menor gasto metabólico. Esto deja más energía para otros aspectos, como es el "pensar". Además, implica otros cambios: poder recorrer mayores distancias sin cansarse y perseguir a la caza durante jornadas; ver desde una mayor altura lo que resultaba conveniente en las altas hierbas de la sabana; o dejar las manos libres, lo que permite fabricar instrumentos y herramientas. Esto, al final, se traduce en una cultura más compleja y un aumento de las habilidades cognitivas.
Moverse sobre dos patas es más eficiente y tiene menor gasto metabólico lo que deja más energía para otros aspectos
Pero recordemos que los australopitecos seguían siendo primates homínidos. Por ello sus características, aunque apuntaban a lo que vendría millones de años después, seguían siendo muy primitivas. Así, por ejemplo, era común, en las especies conocidas de australopitecos, encontrar un dimorfismo sexual claro. Esto es, que los machos y las hembras se diferenciaban claramente en el tamaño, por ejemplo. Los machos de australopiteco eran notablemente más grandes. Por otro lado, la especie de Lucy se comunicaba mediante gruñidos y chillidos, de una forma muy parecida a como lo hacen los chimpancés, pero que es un comienzo aproximado de la comunicación fonética.
La importancia de un esqueleto
Pero más allá de lo que sabemos sobre Lucy, su hallazgo puso un antes y un después en el mundo de la antropología. Y es que, como hemos dicho antes, Lucy fue el primer homínido en buen estado que consigue esclarecer uno de los "eslabones perdidos" que relacionan al hombre con los primitivos primates. Según el consenso actual, los australopitecos se diferenciaron dos millones de años atrás dando la especie Homo habilis de la que surgiría más tarde el Homo ergaster y de la cual proviene la nuestra: el Homo sapiens sapiens. Por tanto, Lucy estaría en emparentada directamente en nuestra línea sucesoria evolutiva.
Aunque los restos de Lucy fueron encontrados en 1974, los investigadores no apreciaron su importancia hasta 1977
Ya solo por este hecho, Lucy supuso un antes y un después dentro de la antropología. Pero al principio la comunidad científica no lo tenía tan claro. Aunque los restos de Lucy fueron encontrados en 1974, no fue hasta 1977 que los investigadores comenzaron a apreciar la importancia real de Lucy. Con estos huesos, sin embargo, conseguimos entender mucho mejor cómo un día unos primates de hace millones de años comenzaron a levantarse sobre sus patas inferiores. Este fue el comienzo de una carrera evolutiva que ha durado millones de años y que nos ha llevado a ser lo que somos.
Es bueno recordar que existen montones de homínidos anteriores, coetáneos y posteriores a los australopitecos. De hecho, los australopitecos se dividen a su vez en seis especies más, de las cuales solo una evolucionó hasta dar con lo que somos. Es curioso como solo una especie de homínido terminó por "conquistar" el tiempo y llegar hasta el nivel cultural y tecnológico que tenemos hoy día. La propia Lucy nunca se hubiera imaginado todo el potencial que guardaban sus retoños. Por todo ello, por su significado, por los secretos que nos desveló y en recuerdo a lo que una vez fuimos, hoy recordamos a Lucy.