La noche del próximo domingo es especial, ya que nuestro cielo no tendrá el aspecto al que habitualmente nos tiene acostumbrados. Como afirma nuestra compañera Ángela, se producirá un eclipse de Luna total que no volverá a repetirse hasta 2018, ya que éste solo se puede manifestar cuando coincide con la fase de Luna llena.
Por lo tanto, la Tierra se situará entre el Sol y la Luna, filtrando la luz que el satélite recibe del astro. Pero no solo eso, en esta ocasión el satélite también se teñirá de rojo, un hecho que popularmente ha sido bautizado como “Luna sangrienta”.
Así, a causa de lo único del evento, no es de extrañar que muchos aficionados a la astronomía organicen quedadas para contemplar un suceso que tardará 3 años en volver a repetirse. Además, los amantes de la fotografía suelen encontrar en estos días un gran filón para sacar las cámaras e intentar inmortalizar dicho momento a través de la lente. Fotografiar un eclipse de Luna no es difícil, pero se deben tener claros algunos conceptos para que los resultados sean los adecuados posibles. De lo contrario, los resultados podrían no ser aquellos que esperamos.
Equipo
En principio tampoco necesitamos mucho más que un trípode y una cámara, aunque si ésta es de objetivos intercambiables también deberemos escoger la lente correcta para el tipo de fotografía que vayamos a realizar.
Es decir, si lo que esperamos es conseguir un plano lo más cercano posible, entonces deberemos emplear un teleobjetivo con una gran distancia focal o, en su defecto, una bridge superzoom como la Sony RX10 II. No obstante, si lo que deseamos es captar la Luna como parte de nuestra escena y no como protagonista, lo recomendable es emplear un gran angular para así abarcar la mayor cantidad de cielo posible. Eso sí, siempre tratando de evitar las zonas de gran contaminación lumínica.
Asimismo, aunque los megapíxeles tampoco son un indicador clave para definir lo buena que será esa toma, en esta ocasión adquieren gran importancia. Es decir, en función de la resolución que tengamos podremos realizar recortes sin perder demasiada nitidez en ese proceso. Por lo tanto, si la idea es la de tener un plano cercano y la lente no tiene demasiada distancia focal, este punto será de gran importancia para definir cómo de cerca podremos ampliar el satélite terrestre.
Ajustes necesarios
Aunque parezca obvio, hay que tener en cuenta que la Luna es un gran foco de luz que contrastara con el oscuro cielo. Por ello, si optamos por hacer una larga exposición es probable que obtengamos un enorme círculo sobreexpuesto sin ningún nivel de detalle. Entonces, ¿qué ajustes son los recomendados?
- Apertura: en principio no se recomienda una apertura demasiado amplia, ya que la profundidad de campo será reducida. Por lo tanto, lo adecuado sería intentar buscar lo que popularmente se conoce como punto dulce de la lente, el cual suele rondar entre el f/5.6 y f/11. Aunque todo dependerá de nuestro objetivo y la luminosidad de la escena.
- Velocidad de obturación: la Luna se mueve, por lo que una exposición demasiado prolongada provocará que captemos su estela. Normalmente ese no es el efecto que se suele buscar, todo lo contrario. También dependerá de en qué fase del eclipse lunar se encuentre, ya que no en todas tiene la misma recibe la misma luz. Por lo general, suele bastar como máximo con varios segundos de exposición, aunque esto variará en función de la lente o la sensibilidad usada.
- Sensibilidad: cuanto menos mejor, aunque ya existen cámaras con una gran resistencia a altas sensibilidades que además nos permiten reducir la velocidad de obturación y así disminuir el tiempo de exposición. No obstante, normalmente no se suele pasar de los 400 de ISO para así conseguir la mayor calidad posible.
- Enfoque: es sencillo, solo debemos utilizar el autofocus para enfocar a la Luna y posteriormente cambiarlo a manual para que éste no se modifique. Es importante aumentar la imagen para comprobar que los objetos no están movidos, algo que también puede ser consecuencia del viento o incluso de la cámara cuando ésta acciona el espejo. Para ello, una solución puede ser emplear el bloqueo del espejo.
Doble exposición
Los aspectos técnicos del apartado anterior pueden servirnos para captar la Luna, sin embargo, ¿qué pasa cuando queremos inmortalizar el satélite y además el resto del entorno? Para ello, la solución se encuentra en la doble exposición, una técnica que consiste unir dos fotos: una expuesta a las sombras y otra a las luces. Así, nos aseguraremos de que al fotografiar un eclipse de Luna podemos contemplar todos los detalles sin ningún tipo de problema.