Fotografía: A. and I. Kruk - Shutterstock

Cuando entras al salón de una universidad no sorprende encontrar a muchos estudiantes con sus ordenadores portátiles tomando notas. Y no los culpo: luego de pasar años tomando apuntes con lápiz y papel y terminar con la muñeca adolorida, preocupada porque no pude anotar todo lo que decía el profesor, resulta lógico que muchos estudiantes hayan cambiado los cuadernos y lápices por un teclado. Son más prácticos, te permiten hacer varias tareas al mismo tiempo y, por sobre todas las cosas, puedes tomar notas con una rapidez increíble. Pero ¿qué pasa si te digo que, a pesar de poder tomar apuntes más rápidos y completos, no garantiza que los recuerdes con más facilidad?

La importancia de escribir

Uno de los efectos directos de usar siempre el teclado de la computadora para escribir es que descuidamos la caligrafía. Incluso, en muchos países ya el currículo académico hace más énfasis en la proficiencia al escribir en un teclado que a mano, sobre todo en jóvenes que han pasado a secundaria. Y, si bien es cierto que los textos hechos con una computadora son más legibles, esto hace mella en la capacidad de aprendizaje y memoria.

Fotografía: Sergey Nivens - Shutterstock
Fotografía: Sergey Nivens - Shutterstock

Un estudio hecho en 2012 por la psicóloga Karin James hizo que niños que aún no aprendían a leer o escribir reprodujeran una letra o una forma de tres formas: trazar la forma en un papel que tenía la forma delineada por puntos, trazarla en una hoja en blanco o escribirla en una computadora. Luego, los conectaron a un scanner cerebral y les mostraron la imagen de nuevo.

Cuando un niño trazaba la imagen a mano, exhibían un incremento en la actividad cerebral en tres áreas que se activan en los adultos cuando leen y escriben. Pero aquellos niños que escribieron la letra usando el modelo de puntos o en la computadora no mostraban tal actividad. Y esto ocurre porque escribir a mano activa ciertas zonas del cerebro relacionadas con el aprendizaje, pues cuando escribes no siempre obtienes el mismo resultado, hay una posibilidad de equivocarse y ese error hace que el niño aprenda.

Otro estudio demostró que cuando escribes a mano, el cerebro es capaz de elaborar y expresar más ideas, pues se demostró que hay una correlación entre la escritura y la imaginación. Cuando los niños sujetos al experimentos escribían ensayos a mano, aquellos con una mejor caligrafía exhibieron una mayor activación neural en las áreas del cerebro relacionadas con la memoria y el trabajo. Asimismo, demostraron que aprender caligrafía cursiva puede ser un buen tratamiento para quienes padecen de disgrafia y dislexia.

Escritura y aprendizaje

Mejorar la caligrafía estimula áreas particulares del cerebro asociadas con la imaginación en los niños, en los adultos tiene otros efectos igual de benéficos. Pam Mueller y Daniel Oppenheimer hicieron un estudio que demuestra que quienes toman notas a mano aprenden mucho más que quienes toman apuntes en la computadora.

Fotografía: Ditty_about_summer - Shutterstock
Fotografía: Ditty_about_summer - Shutterstock

Si bien es cierto que cuando escribes en el teclado del ordenador es posible copiar casi con exactitud el discurso del profesor, el tomar notas a mano y en papel obliga al estudiante a analizar, sintetizar y generalizar el material. Esto requiere una forma de procesamiento cognitivo que estimula el aprendizaje. El simple hecho de tener que resumir lo que dice el profesor para poder escribirlo con rapidez utilizando pocas palabras te hace digerir y resumir el conocimiento, lo que permite que se retenga con más facilidad. Cuando escribes en la computadora lo haces de forma automática, no es necesario que analices o resumas las información, pues tus dedos se deslizan rápidamente sobre el teclado, como quien toma un dictado. Y si bien es cierto que produces más contenido, este no ha sido digerido por tu mente y lo hace fácil de olvidar.

Es importante destacar que muchos estudios hacen una prueba de memoria y retención inmediatamente después de la clase, para medir lo que han aprendido y memorizado los sujetos, lo que beneficia a quienes toman apuntes; por lo que es posible que aquellos que tomaron una mayor cantidad de notas en la computadora tengan un beneficio extra cuando sea hora de repasar o estudiar una lección a futuro. Sin embargo, el estudio hecho por Mueller y Oppenheimer incluyó una muestra en la que sus participantes fueron evaluados una semana después utilizando las notas hechas durante la clase (en computadora y a mano) y el desempeño de aquellos que estudiaron con sus apuntes hechos con lápiz y papel fue superior a aquellos que lo hicieron con las notas hechas en sus ordenadores.

A partir de esto concluyeron que las notas al margen y otros elementos hechos por los estudiantes que tomaron apuntes a mano servían como atajos de memoria porque recreaban el contexto y el contenido de la clase. Por otra parte, el hecho de que las computadoras permitan el acceso a otras aplicaciones (vídeos, chats, redes sociales, música, entre otros) también tiene un efecto negativo en el estudiante, pues estas aplicaciones actúan como elementos que distraen de las actividades en el aula de clases.

El proceso cognitivo del aprendizaje involucra mucho más que el tragar y escupir la información, sino que requiere de toda la atención para poder captar el conocimiento, analizarlo y aplicarlo posteriormente en otras situaciones; por lo que bien vale la pena utilizar todas las herramientas que faciliten y estimulen este proceso. Escribir a mano puede parecer engorroso y lento, pero es un mecanismo accesible que todo estudiante puede aprovechar. No se trata de eliminar las ayudas tecnológicas del salón de clases, sino de aprender a emplearlas en el momento adecuado para que funcionen como un estímulo y no como una distracción.