reglas de composición

Créditos: digitalcameraworld.

En Hipertextual ya hemos hablado de la importancia que tienen aspectos como la sensibilidad, la apertura o la velocidad de obturación para controlar la luz de nuestras imágenes. Sin embargo, aunque esto pueda ser el inicio del aprendizaje, también debemos tener en cuenta aspectos como las reglas de composición.

De igual manera que para conducir no nos vale únicamente con saber cambiar de marchas y girar el volante, para aprender fotografía ocurre algo similar. Aunque sepamos la técnica es necesario algo más. No existe una regla universal que configure una foto mítica, pero sí aquellas que nos pueden orientar el camino que debemos seguir.

Dentro del ámbito fotográfico, unas de esas pautas establecidas son las correspondientes a las reglas de composición, gracias a las cuales configuramos los objetos que componen la imagen. Se trata de utilizar diferentes elementos para rellenar el cuadro y focalizar el interés en aquellos puntos que deseamos. Veamos algunas de esas normas.

1. Aires

Créditos: Sie7e Sombras
Créditos: Sie7e Sombras

Aunque pueda ser algo obvio, en la fotografía el “aire” suele ser empleado como sinónimo de espacio. Por lo tanto, si lo que se pretende es dejar aire por encima de una persona, lo que indica es que debemos utilizar un plano más amplio o elevar la cámara para modificar los límites del cuadro.

Existen determinados momentos en los que se debe tener especial cuidado con el aire, donde, por lo general, se suelen seguir una serie de reglas de composición de forma universal.

- Mirada: normalmente se suele dejar aire hacia el lugar donde se dirige la mirada de nuestro sujeto. Es decir, si la persona a la que fotografiamos observa hacia un lado, es justo hacia ese donde deberemos dejar un espacio. Es algo utilizado para hacer que el espectador de la imagen siga con sus ojos el recorrido de esa mirada, llegando a plantear incluso qué observa ese personaje.

Créditos: blogdelfotografo
Créditos: blogdelfotografo

- Movimiento: ocurre lo mismo en este punto. El ejemplo que se suele utilizar en este punto es el de fotografiar un coche o una persona corriendo, donde debemos dejar el aire por delante del sujeto, viendo así donde éste se dirige y no lo que deja atrás.

- Cuadro: por otro lado, el aire también será necesario cuando simplemente capturemos objetos, aunque éstos no se muevan o dirijan la mirada a ningún sitio. Por lo general, se suele utilizar un espacio de referencia con respecto a los márgenes de nuestra toma, algo muy útil para, por ejemplo, evitar cortar el plano a la altura de la cabeza de una persona. Ese margen de seguridad variará en función de los gustos personales de cada fotógrafo, aunque lo ideal es buscar un punto que no resulte ni demasiado amplio, ni muy estrecho.

2. Regla de los tercios

Créditos: Pasionfotografica
Créditos: Pasionfotografica

Quizá es una de las reglas de composición más conocidas, no utilizada solo en la fotografía, sino también en artes como la pintura o el cine. Se basa en la creencia de que una imagen puede dividirse en nueve partes iguales, cuyo centro de interés se sitúa en las intersecciones causadas entre las líneas horizontales y las verticales.

Así, al contrario de lo que se pueda creer en un principio, en ocasiones el centro de la imagen no es lo que más interés tiene, sino que son los puntos de corte anteriormente mencionados en donde se produce una sensación más armónica.

De hecho, la proporción aurea es un concepto que se llevado a la práctica desde la antigua Grecia para crear obras como el Partenón o la Mona Lisa. Este concepto matemático originó la espiral de Fibonacci, la cual se une con la anteriormente mencionada regla de los tercios para determinar cuáles pueden ser aquellos puntos de mayor atractivo en la toma.

3. Puntos de fuga

Créditos: Panoramio
Créditos: Panoramio

Un elemento muy importante para configurar la instantánea serán las líneas trazadas por aquellos objetos que componen la imagen. Estas líneas también terminan otorgando cierta estética a la toma, pueden ser verticales, horizontales, diagonales, curvas… etc. Por ejemplo, las líneas horizontales transmiten estabilidad, mientras que las diagonales o curvas sugieren movimiento.

Por lo tanto, debemos utilizar esas líneas para crear lo que habitualmente se han llamado como puntos de fugas, es decir intentar emplearlas para que éstas tracen un recorrido en la imagen a través de su perspectiva. Imaginad la vía de un tren o un puente, se trata de hacer que las líneas formadas por estas figuras parezcan converger en una zona situada en alguno de los puntos fuertes mencionados con anterioridad.

4. Patrones

SONY DSC

Los objetos internos de la captura también pueden servir para crear cierta sensación de composición entre ellos. Así, cuando vemos elementos muy similares, éstos tienden a crear cierta repetición, otorgando un efecto de ritmo y uniformidad.

Estos patrones de repetición están caracterizados por diferentes aspectos como pueden ser las formas o los colores, aspectos más que suficientes para trazar una línea de continuidad que, unido a lo señalado en apartados anteriores, aumente la potencia visual de la imagen.

5. Simetría

Simetria wes anderson

La simetría se puede utilizar de diferentes formas. La primera, al igual que la emplea Wes Anderson, es para crear una analogía entre dos partes de nuestra foto, ya sea horizontal o vertical.

Sin embargo, para captar paisajes no recomiendan situar el horizonte justo en medio, sino preponderar hacia la tierra o el cielo en función de cual sea más relevante para la captura.

6. Salta esas reglas

Créditos: Posterjack
Créditos: Posterjack

Aunque las reglas de composición puedan marcar ciertos patrones, no todos están obligados a seguirlos. Al igual que ocurre en toda creación artística, al final lo que importa son las intenciones del propio autor.

Romper con los cánones establecidos es lo que lleva creación de nuevos movimientos o corrientes, aportando así otros puntos de vista sobre aquello que se encuentra popularizado. Eso sí, antes de obviar las reglas debemos, como mínimo, comprender aquello que estamos pasando por alto.