En la actualidad, la mayoría de las personas cuenta con un teléfono celular y, con suerte, se trata de un smartphone. Sin embargo, el problema con los teléfonos inteligentes es que, debido a que los usamos mucho tiempo, es más común que la batería se agote rápidamente. De esta forma, los cargadores para automóvil se convirtieron en el invento del siglo y ya es mucho más común que cada persona lleve un cargador al trabajo, sólo "por si acaso".

La singular importancia de traer el móvil siempre con batería, ha dado lugar a la aparición de algunos mitos relacionados con la carga del celular, como los que a continuación te presentamos.

1. Nunca cargues el teléfono de noche

Quizás este mito fue creado en la época en que la tecnología de las baterías de los móviles no era tan avanzada.

Actualmente, la tecnología de regulación de baterías de teléfonos inteligentes ha avanzado hasta el punto en que, el propio dispositivo sabe exactamente cuándo dejar de alimentar la carga. En otras palabras, no hay riesgo de que una "sobrecarga" pueda dañar tu teléfono y estropear la batería, ya que las medidas de seguridad con que cuenta tu smartphone están diseñadas especialmente para evitar que esto suceda.
Los nuevos teléfonos cuentan con tecnología de regulación de batería para evitar la sobrecarga.

De lo que sí hay que preocuparse es del sobrecalentamiento. Por lo tanto, si vas a dejar tu teléfono conectado a la corriente eléctrica toda la noche, asegúrate de colocarlo en una zona ventilada y quita las fundas o cualquier otro protector que hayas puesto en él para que el calor generado durante la carga pueda circular correctamente en caso de calentarse demasiado.

2. Deja la batería en 0% antes de la cargarla

Los expertos aconsejan que es mejor cargar la batería de tu teléfono diariamente que realizar una carga profunda cada cierto tiempo.

Las baterías de litio, como las que se utilizan en dispositivos Samsung y Apple, funcionan mejor cuando están totalmente cargadas. Si constantemente dejamos la carga en 0%, pueden volverse más inestables. Se dice que la batería del móvil tiene un número finito de ciclos de carga, y cada vez que dejamos que muera totalmente, estamos tirando un ciclo a la basura.

Así que, lo ideal es que mantenemos nuestros dispositivos cargados entre el 50 y el 80 por ciento. En otras palabras, lo correcto es cargar nuestro teléfono de manera intermitente durante todo el día en lugar de esperar a realizar una carga de 0 a 100 por ciento.

3. Cualquier cargador funciona

Lo barato sale caro. Y en cuestión de cargadores a veces puede parecer que comprar uno barato no afectará el rendimiento de nuestro dispositivo, pero puede resultar incluso peor.
Utilizar cargadores baratos puede dañar la batería o incendiar nuestro teléfono por completo.

La principal razón para no utilizar cargadores genéricos es simple: no se construyeron pensando en la seguridad del equipo. Esto significa que hay una enorme posibilidad de que estos cargadores puedan provocar un incendio o dañar la batería. Además, no siempre son diseñados con los mejores estándares de calidad y, generalmente, tienen un tiempo de vida mucho más corto que un cargador original.

4. El teléfono no se debe apagar

Todo lo contrario. Algunos expertos de Apple han recomendado que, apagar de vez en cuando el teléfono, puede ayudar a maximizar la duración de la batería. Al igual que cualquier otra máquina, nuestro móvil necesita unos pequeños descansos de vez en cuando (al menos una vez por semana) para liberarse de todos los procesos activos, igual que cuando apagamos el ordenador.

Esta premisa es importante aplicarla también en dispositivos Android, pues un simple reinicio puede ayudar a restaurar la vida útil de la batería.

5. No utilices el teléfono mientras está enchufado

Como ya habíamos dicho, siempre y cuando utilicemos el cargador original, es completamente seguro utilizar el teléfono mientras se está cargando.

Lamentablemente no se recomienda utilizar el teléfono conectado a un cargador genérico porque existen casos conocidos y documentados en Internet, en donde el teléfono ha provocado cortos circuitos o explosiones, dañando de gravedad al usuario que los utiliza.