órganos sintéticos

Pulmón sintético en un chip. Fuente: Nature/Wyss I.

Si hace un tiempo os hablábamos del intento de crear un modelo humano artificial, llamado jocosamente como "Homo chippiens", hoy os traemos su corazón. Su corazón artificial, por supuesto, lo que hace el segundo órgano en salir a la luz, tras los pulmones. Cada vez estamos más cerca de contar con un modelo eficiente del cuerpo humano sin tener que recurrir a la experimentación animal. Este corazón artificial, en concreto, servirá para hacer pruebas de fármacos y sustancias varias de manera que se puedan medir todos sus parámetros fácilmente en el laboratorio y de una manera fiable. Parece que una nueva medicina comienza a abrir sus puertas.

El corazón artificial en placa

El corazón artificial en chip, o placa, es el segundo órgano que vemos, como decíamos. Hace un tiempo ya pudimos ver un pulmón en chip, diseñado para hacer pruebas farmacológicas también. Este corazón, contiene en apenas unos centímetros de placa de silicona, un diminuto corazón pulsante, formado por células cardíacas y que vive como un corazón normal. Pero no imaginéis un corazón con forma de corazón. Puesto que su finalidad es estudiar como reacciona ante diversas sustancias, no necesita tener forma de corazón. En vez de eso, las placas permiten desarrollar este diminuto corazón artificial de una manera más barata, eficiente y de fácil transporte. Así, podría ser usado por los laboratorios de todo el mundo, pudiendo desarrollar minúsculos corazones personalizados de cada persona en un hospital o desarrollando nuevas técnicas sin tener que emplear animales para estudiar la reacción de las células.

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Para poder convertir este corazón artificial en algo lo más parecido posible a un corazón humano real, los investigadores han diseñado la interconectividad y el tamaño del órgano en placa de manera que cumpla con algunos de los parámetros normales del original. El corazón se conecta con canales de microfluidos que lo alimentan, como si de sangre se tratase, y eliminan los residuos producidos por las células. Además, permiten la monitorización completa de los parámetros de este corazón ante el tratamiento. De esta forma se pueden probar los medicamentos y prever con bastante precisión el efecto que tendrán en nuestro corazón. Esto es especialmente útil, como decíamos, cuando usamos cultivos de pacientes particulares, ya que los tejidos no siempre reaccionan igual.

Llega el Homo chippiens

El corazón es solo el siguiente paso en busca de este Homo chippiens, un modelo humano que pretende ser lo más realista jamas utilizado en investigación. De esta manera podemos desarrollar tratamientos y descubrir consecuencias que de otra manera serían imposibles o éticamente incorrectas. La intención de los investigadores es poder construir un sistema complejo e interconectado de órganos capaces de simular de la manera más fidedigna el cuerpo humano. Los modelos, cuanto más se asemejan a la realidad, más eficientes son ya que existen numerosos factores imposibles de prever o simular. Por eso empleamos aún modelos animales, los cuales se parecen más a la realidad. Y sin embargo son bastante imperfectos, como explicaban los investigadores. Debido a esta complejidad de la que hablábamos, los modelos animales no siempre reaccionan de la manera que lo harían los humanos, gastando El próximo órgano en chip que veremos probablemente será un riñónesfuerzo, tiempo y, lo que es más importante, vidas animales para fallar en el último momento.

Este corazón artificial, sin embargo, sí reacciona de una manera casi idéntica a como lo hace un órgano completo humano. Al menos a nivel metabólico. Algunos aspectos, como son los mecánicos y físicos propios del tamaño no se pueden estudiar fácilmente. Pero el modelo es completamente válido para prácticamente cualquier otro aspecto, así que su eficacia es casi total. El siguiente paso, y que esperamos ver dentro de poco, será la aparición de un nuevo órgano en chip. Además del pulmón y el corazón artificial, ya hay varios diseños de riñón y no tardaremos en ver otros órganos como el hígado. ¿Cuales los más difíciles de crear? Sin duda, el cerebro, la sangre y el sistema inmune. Aunque ya hay muchos avances al respecto, lo que nos hace mirar con mucho optimismo al futuro próximo. Bienvenidos a una nueva etapa en la bioingeniería.