La contaminación del aire es uno de los temas que más nos interesa sobre nuestra salud. Bien sea por sus efectos o por la capacidad inmediata que tenemos de observarla, el tema preocupa enormemente a los ciudadanos.

A día de hoy se habla mucho en los medios españoles de la "boina madrileña". Así es como se conoce a esa capa sucia de aire contaminado que se puede observar sobre la capital española. Aunque no es la única ciudad que la sufre, desde luego, la contaminación del aire en Madrid está siendo noticia debido a su relación con el colapso de los servicios sanitarios. La polución se acumula sobre la ciudad debido a la climatología, el tráfico y la falta de lluvias. Pero, ¿tan perniciosa resulta? Lo cierto es que el invierno y muchos otros factores están también detrás de muchos de los efectos. Lo que no le quita culpa a la contaminación.

En qué consiste la contaminación del aire

La contaminación del aire se puede ver a simple vista cuando es lo suficientemente densa. Se observa como una capa parda sobre la gran ciudad, a modo de neblina sucia. En este momento podemos sospechar que los niveles de contaminación han alcanzado los límites marcados por la OMS. La organización diferencia varios aspectos de la contaminación del aire y marca unos límites propios de cada uno de ellos. Los componentes principales de la La contaminación se acumula debido a la falta de viento, lluvia y por culpa de la inversión térmicacontaminación son el NO2, usado como uno de los indicadores principales, el S02, el O3 y las partículas en suspensión, muy peligrosas.

Toda esta contaminación del aire se produce por muchos factores unidos. El primero, cómo no, los seres humanos. Los vehículos, la industria y nuestras acciones suelen producir diversos tipos de gases y partículas que se acumulan en la atmósfera. La cantidad y velocidad a la que producimos estos gases es un factor crucial. Pero no es el único. El clima es el otro factor determinante. Normalmente en una gran ciudad, como en el actual caso de Madrid, se unen varios aspectos negativos. Uno de ellos es la falta de lluvias, indispensables para arrastrar las partículas de la atmósfera y limpiar los gases nocivos acumulados.

El segundo, especialmente en el caso de los meses fríos, la inversión térmica. El aire frío, más denso, se queda atrapado en las capas inferiores mientras que el aire más cálido sube hasta las capas superiores impidiendo que se mezclen las dos masas. Por eso, el aire frío y contaminado, mucho más denso, se puede ver como una neblina compacta sobre la ciudad. Si no hay viento ni lluvia, la nube se queda posada como si fuera una sucia boina urbana, esperando a que llegue otro clima. La contaminación del aire suele desaparecer con alguna variación de temperaturas o con la aparición de un frente de presión que trae viento o lluvia, pero pueden pasar semanas hasta que ocurra.

Cómo te puede afectar

Hace muy poco la consejería de sanidad en Madrid afirmaba haber incrementado enormemente el número de sanitarios y recursos debido a una epidemia de problemas respiratorios. Algunos miembros del colectivo sanitario no dudan que parte de la culpa la tiene este repentino aumento en la contaminación del aire de la ciudad. En solo 14 días, sus estaciones han alcanzado el 90% de los límites que se registraron en todo 2014, habiendo superado los límites establecidos por la OMS en cuestiones de seguridad y calidad del aire. ¿Existen una relación directa? Vamos a ver los diversos componentes y en qué pueden afectarnos.

  • El NO2: es uno de los indicadores principales de contaminación del aire, aunque no es el más nocivo. El dióxido de nitrógeno se produce principalmente por los vehículos como producto de la oxidación del NO. Aunque sus efectos no son tan perniciosos, juega un papel fundamental en producción de ozono en la atmósfera, otro indicador contaminante, y también en la formación de partículas en suspensión, el aspecto más peligroso de la contaminación del aire. También puede provocar la precipitación de lluvia ácida, aunque muy suave. Éste es el indicador que ha levantado las alarmas en Madrid durante este comienzo de año ya que su límite está marcado en 200 μg por metro cúbico de media anual y ha sido superado en numerosas ocasiones por varias estaciones en lo que va de año.

  • El SO2: el dióxido de azufre es emitido principalmente por la industria, aunque se produce en mucho tipo de combustiones, incluyendo a los motores de nuestros vehículos. Este es el principal causante de la lluvia ácida, pudiendo reaccionar en las capas más altas para volver a caer como ácido sulfúrico. Por suerte la emisión de este gas no es muy alta, normalmente. Sin embargo, la OMS recomienda unos niveles menores de 500 μg por metro cúbico. Sus efectos son bastante agresivos, pudiendo agravar o provocar lesiones en el tracto respiratorio o mucosas (como en los ojos).

  • El O3: el ozono si bien es un componente esencial de nuestra atmósfera, indispensable para la vida sobre el planeta, resulta muy perjudicial en las capas más bajas, en la troposfera. Es altamente oxidante y pernicioso para la salud humana en concentraciones mayores de 100 µg por metro cúbico. Una cantidad muy pequeña y que puede ser producida fácilmente debido a compuestos como el NO2 propio de la contaminación. Hay una evidencia en el aumento de mortalidad y la cantidad de ozono, a pesar de que hay varias compañías abogan por los supuestos "beneficios" para la salud, no demostrados, de usar el ozono en bajas concentraciones.

  • Partículas en suspensión: este tipo de contaminación del aire es la más perjudicial de todas. Las partículas se clasifican entre pequeñas y muy pequeñas o finas. Todas ellas tienen un tamaño menor de diez micrones y por ello se mantienen flotando en la atmósfera. Pero no están disueltas ni son un gas, así que pueden alojarse en nuestros pulmones, acumulándose y bloqueando los bronquiolos o provocando infecciones. Las partículas en suspensión están asociadas a cardiopatías, neumotpatías y cáncer de pulmón entre muchas otras cosas. Los límites se encuentran entre los 10 y los 20 µg por metro cúbico de media anual. En la zona de Tres Cantos, en Madrid, es fácil alcanzar los 50 µg por metro cúbico en un día como hoy para las partículas más finas y peligrosas.

Repasando los datos actuales, podemos sospechar que el aumento en la contaminación del aire, en forma de NO2 y partículas en suspensión está relacionado con el aumento de enfermos respiratorios. Hay varios estudios que apuntan a una relación directa entre el descenso de la calidad del aire y el aumento de problemas respiratorios entre los ciudadanos, especialmente entre personas que se consideran En los meses fríos es muy sencillo contagiarnos de virus y bacterias por el contacto directo y el uso de sistemas de calefaccióndentro del factor de riesgo. Pero también hay que tener en cuenta que el ambiente frío propicia el que nos pongamos enfermos.

No por que el frío deba afectarnos negativamente porque sí. Pero los meses de invierno suelen reunir más a las personas en lugares cerrados y con calefacción. Los aparatos de aire son excelentes difusores de virus y bacterias. Si a esto unimos ese contacto más común durante los meses fríos no es de extrañar que la gripe y los resfriados, además de varios problemas respiratorios, campen a sus anchas por lo que no solo podemos echarle la culpa a la contaminación del aire. Es difícil asociar causas y efectos en ciencia. Y mucho más en cuestiones médicas, aunque sí podemos afirmar que cuanto más limpio esté el aire de tu ciudad, mejor.

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