Si algo va de la mano de la ciencia ficción -y de la ciencia a secas- son los viajes espaciales, quizás el mayor logro del ser humano. De hecho, siglos antes de que la ciencia los hiciera posibles, los hombres anhelaban, a través de la literatura de ficción, poder poner sus pies más allá de la Tierra y poder conquistar mundos y universos sin explorar. Con todo ello, en nuestro tiempo también tenemos ejemplos de ficción sobre viajes espaciales, a pesar de que con los conocimientos, la técnica y los propios viajes por el espacio, al menos a nuestro espacio más cercano, son una realidad plausible y tangible. Por todo ello, en ALT1040 hemos querido hacer recuento de los 10 errores más comunes de los viajes espaciales en las películas de ciencia ficción:
Viajar a la velocidad de luz
No solo es imposible -o al menos eso demuestra la teoría de la relatividad de Einstein- si no que es el cliché más común de todos los utilizados por la ciencia ficción, y desde luego, el más lógico dentro de su propio imposible: tal como nos enseñó en su día el gran Carl Sagan, y hoy en día Neil de Grasse Tyson con la astrofísica bajo el brazo, es que las distancias en el cosmos son tan grades que, o bien se viaja a velocidades muy cercanas a a luz, o tomaría varios miles de años conquistar el espacio entre nuestro planeta estrellas que está relativamente cerca. El hiperespacio, viaje interestelar, plegar el espacio tiempo... el cómo en el cine no importa, y a nosotros eso nos gusta.
¿Gravedad? En el espacio también
Otro error bastante común, y son contadas películas las que no caen en él, es la facilidad con la que las naves o instalaciones espaciales de nuestra películas favoritas cuentan con gravedad, aunque sea a 50 años luz de cualquier elemento espacial que tenga la suficiente masa como para generar esa gravedad. Mientras en la Tierra soñamos con crear naves que permitan generar la fuerza centrípeta necesaria para poder plantear esto, los chicos de Stark Trek, Star Wars, o incluso los tripulantes del Nostromo o del Event Horizon solo dan al botón y listo. Para eso está el motor de fuerza gravitatoria, ¿no?
Radiación en el espacio
Si a nuestros astronautas, los de verdad, los de la Tierra, en apenas unos semanas en la Estación Espacial Internacional ya les afecta la carga radiactiva, que puede provocar que, a mayor tiempo en el espacio, mayores posibilidades de que aumente el riesgo de cáncer, nuestro protagonistas favoritos se pasean por sus naves, en sus viajes espaciales, o incluso por agujeros de gusano como si la radiación fuese algo de juguetes de los 50s. Al fin y al cabo la radiación es algo invisible. Tan invisible como un Predator, pero más peligrosa.
¿El sistema solar? Gire a la izquierda por Andrómeda
Aun contando con la velocidad de la luz, ¿no os parece que en los viajes de ciencia ficción todo está demasiado cerca? Y no hablo lo suficiente como para entregar un paquete con Planet Express y volver en el día, si no que los grupos de planetas, los sistemas, las galaxias o incluso los inocentes agujeros negros están tan cerca que, para ir del punto A al B todavía podemos repostar en la estación del Sistema X. De hecho, esta sensación de cercanía es lo que nos ayuda, a nosotros espectadores, a poder comprender y asimilar las enormes distancias que en la realidad distan entre sistemas y galaxias.
Todo el mundo sabe que lo mejor para viajar es dormir
Si hay algo en lo que casi todos los autores de historias de ciencia ficción en las que los viajes en el espacio son protagonistas, es en 'edulcorar' el viaje a los tripulantes a través de cámaras de internación, con las que cubrir 50 años luz de distancia y levantarse incluso más joven. ¿Y para gatos? También, si no pregunten a Jones, el gato de Ripley, que fácilmente multiplico por 5 sus años en el modulo de rescate del Nostromo, ¡y tenia el pelaje más corto!
Qué bien suena esa nave
Si no fuera porque en el espacio no se trasmite el sonido. Otra ayuda para el espectador, puesto que somos incapaces de identificar un vehículo en movimiento sin su sonido característico. De hecho, los fabricantes de coches eléctricos tiene mucho que decir sobre este tema. Y no solo los movimientos de los vehículos, si no también de los elementos que quedan fuera de los mismos. ¿Paseo espacial? Claro, ¿no oyes ese hidrógeno saliendo de la MMU?
Tampoco se puede silbar con el traje espacial puesto
Y no por la imposibilidad de trasmitir el sonido en el espacio. No son pocos los astronautas de ciencia ficción que silban mientras hacen su viaje espacial o su paseo por el exterior de su nave, pero en realidad es prácticamente imposible, y tiene que ver con la baja presión del astronauta dentro del traje espacial, aunque depende del modelo: en este caso, los cosmonautas rusos en el traje ORLAN pueden silbar con relativa facilidad, pero en el caso de los trajes americanos o europeos como los EMU, o en el A7L del Apolo es prácticamente imposible. Así que ya sabéis, fuera de la película, a George Clooney le seria imposible silbar en Gravity.
Si sales al vacío sin tu traje espacial, explotas
Seguro que muchos habéis visto la escena de Total Recall en la que varios personajes explotan por su exposición al vacío sin protección. En realidad esto es totalmente falso, aunque la exposición al vacío del espacio cause síntomas parecidos en el cuerpo humano, pero desde luego no tan espectacular: la presión del espacio provoca que los vasos sanguíneos se dilaten, hasta producir un colapso y por extensión un paro cardíaco, precisamente la causa número uno de muerte en la Tierra.
Comunicaciones en tiempo real
Otro topicazo y error bastante común durante los viajes espaciales en la ciencia ficción son la comunicaciones en tiempo real, ¡incluso entre galaxias! Hombre, lógicamente no es que sea muy cinematográfico que se tarde una hora desde que el astronauta en Próxima Centauri comunica el mensaje hasta que llegue a su destino, pero seamos realistas, ni el SETI llega tan lejos con todas sus antenas.
La atmósfera no prende fuego a la nave
Otro error bastante común son las reentradas a la Tierra en la ciencia ficción. Bien entran las naves ultracongeladas (¿?) o casi hechas una bola de fuego, sin que exista un criterio claro y unificado en este aspecto. Si bien se trata de una situación bastante violenta en la que las temperaturas que se alcanzan son muy altas -y que por tanto hay que disipar en poco tiempo-, no es la locura que podemos ver en más de una película, que incluso con amerizaje de por medio, el vehículo espacial sigue en llamas.