Según un nuevo estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford, los sentimientos intensos y apasionados del amor pueden actuar como un efectivo tratamiento para aliviar el dolor, similar al de muchos calmantes y algunas drogas como la cocaína. ¿Por qué? al parecer en nuestros cerebros las zonas relacionadas al amor están muy relacionadas a las del dolor (¡con razón tantos romances sufridos!). Sean Mackey, uno de los autores del estudio y experto en tratamiento del dolor, explica:
Cuando las personas están en esa fase apasionada y absorbente del amor, hay alteraciones importante en el estado de ánimo que impactan en como padecen el dolor.
Todo esto tiene que ver con la dopamina, ese simpático neurotransmisor que tanto influye en nuestros cerebros y que influye en el ánimo, la motivación y las recompensas, ese que siempre se nombra cuando se trata de algo que nos hace sentir bien. La idea de hacer este estudio surgió cuando Mackey y el profesor de psicología Arthur Aron se conocieron, uno especialista en los efectos del amor en nuestro cerebro, y otro muy al tanto de qué le pasa cuando sentimos dolor. Ambos se juntaron y se pusieron a conversar sobre las zonas que se veían afectadas por cada estímulo, hasta que se dieron cuenta de que ambos sistemas estaban tremendamente superpuestos, con lo que de inmediato dijeron "¿sería posible que ambos se modulen el uno al otro?" y se pusieron a investigar los cerebros de estudiantes voluntarios que estaban en la primera fase de enamoramiento.
Así como el estudio de los robots golpeadores que les contaba ayer, este tuvo una metodología medio rara también. Los 15 voluntarios llevaron fotos de sus amados junto con fotos de algún otro conocido que les pareciera atractivo, luego les mostraban estas fotos aleatoriamente al mismo tiempo que con un estimulador térmico les iban generando un dolor leve en las palmas de sus manos, todo esto monitoreado con imágenes del cerebro por resonancia magnética. Además de las fotos, probaron con distracciones diferentes, ya que anteriormente se ha discutido que cualquier distracción puede ser efectiva para aliviar el dolor. Por un momento esto me recordó a la prueba del Gom Jabbar que le hace la Reverenda Madre a Paul Atreides en Dune...¡Ay!
Pero volviendo al estudio, ambas pruebas resultaron exitosas para disminuir el dolor, pero el hallazgo principal es que cuando este alivio está relacionado con el enamoramiento usa caminos muy diferentes que las demás distracciones. Dice Jarred Younge, otro de los autores del estudio:
La analgesia inducida por el amor se asocia mucho más con los centros de recompensa. Parece involucrar aspectos mucho más primitivos del cerebro, activando estructuras profundas que pueden bloquear el dolor a nivel medular, similar a la forma en la que trabajan los analgésicos opioides. Uno de los sitios clave para la analgesia inducida por amor es el núcleo accumbens, un centro de recompensa clave para los opioides, la cocaína y otras drogas de abuso. Esta región le dice al cerebro que realmente deber continuar haciendo lo que estás haciendo.
Los que hemos estado enamorados y también hemos experimentado con este tipo de drogas tal vez no necesitemos un estudio neurológico para asegurar que esa sensación de invulnerabilidad que tenemos bajo esos estados es muy similar. Es bueno de todas formas tener una confirmación que nos haga ver por qué es de esta forma, y no se trata sólo de una percepción psicológica relativa.
Ya saben entonces, si les duele algo, ¡vayan a buscar alguien para enamorarse! Bueno, no. Además de que encontrar amor no es tampoco tan fácil, esta cuestión sólo funciona en los primeros meses de "enamoramiento apasionado". En realidad todo este estudio lo que busca es entender mejor los mecanismos en los que funciona nuestros cerebros cuando se trata de dolor, para así poder combatirlo más efectivamente. La cocaína, después de todo, fue un anestésico en sus inicios, antes de ganarse su actual reputación y condición de ilegal por ser terriblemente adictiva, así que eso de buscar drogas que inhiban la dopamina para tratar del dolor tampoco es algo nuevo. Mejor esperemos a ver qué nuevos analgésicos "inspirados en el amor" puedan aparecer como fruto de estas investigaciones, mientras tanto mejor atacar el dolor con drogas (de las legales, chicos).
Foto: Jon Hurd