La imagen típica que todos dibujamos en nuestra mente al pensar en una serpiente venenosa dispuesta diseminar su veneno es la del animal con las mandíbulas bien abiertas, mientras muestra amenazadoramente sus colmillos. Sin embargo, eso solo es cosa de aficionadas, como la víbora. Otras, como las serpientes de estilete (Atractaspis), no necesitan ni siquiera […]