Es complicado repetir una fórmula con éxito una y otra y otra vez. Ubisoft es, precisamente, el experto en volver a apostar por una fórmula que, a priori, y previa a un nuevo lanzamiento, parece caduca. No obstante, la compañía siempre suele salir indemne de ello. Eso es precisamente lo que pasa con Assassin's Creed Shadows: el nuevo juego de Ubisoft mantiene la misma esencia de siempre, pero es capaz de introducir algunas mecánicas que, realmente, ofrecen un soplo de aire fresco en la misma fórmula repetida hasta el extremo.
El resultado es un juego de aventuras que colmará las expectativas de los fans de las sagas y dará unas buenas horas a los que se adentren en su universo. Y que más allá de las polémicas, funciona como un conjunto que, bugs menores aparte, tiene todo lo necesario para entretener y, de paso, explorar un basto mapa en el que siempre hay algo que hacer.

Bien es cierto que todo lo bueno de Assassin's Creed Shadows no es nuevo. De hecho, muchas de sus mecánicas en la que, por cierto, deposita toda su confianza, tienen más de una década. Y lo cierto es que algunas empieza a mostrar una fatiga que puede que sea suficiente para que mucho tomen de la decisión de no jugarlo. Ahora bien, la compañía sigue siendo uno de los grandes monstruos capaces de crear un universo solvente, en el que el storytelling es lo suficientemente atractivo como para tapar la mayoría de sus carencias.
Y sí. Atalayas. Las malditas atalayas siguen presentes. Lo mismo con el planteamiento de objetivos basados en jefes regionales para avanzar en la historia es el que sienta las bases de la evolución de su historia, pero lo cierto es que esta vez la compañía ha sabido perfectamente la forma de aproximarse a esta mecánica para ofrecer algo, al menos, diferente: dos personajes, con cambio en tiempo real, que permite afrontar las misiones y los desafíos desde puntos de vista diferentes y, por tanto, aportando un extra de rejugabilidad.


La historia de Assassin's Creed Shadows es la de Yasuke y Naoe, dos personajes diferentes con habilidades diferentes durante el Japón feudal. El mundo en el que se basa Assassin's Creed Shadows es rico, lleno de cosas por descubrir y suficiente como para dar 70 horas ininterrumpidas a los más coleccionistas. Su historia está muy bien contada, con muchas cinemáticas y con contenido coleccionable que dan, como suele ser costumbre en la compañía, contexto del periodo histórico y sus costumbres.
En términos de jugabilidad es la evolución de los anteriores. Se han introducido nuevas mecánicas, y Yasuke y Naoe se comportan —y se controlan— de forma muy diferente. El parkour, en el caso de Naoe, es exquisito, con animaciones muy bien cuidadas y torpe y basto en el caso de Yasuke, lo que ofrece una gran inmersión en función del personaje que estés controlando en cada momento. Uno se enfoca más en el combate bruto y otro en el sigilo, e incluso sus armas y herramientas son necesarias. El sistema de combate es precio, y aunque abusa del parry más de lo que nos gustaría, ofrece momentos especiales, sobre todo en las ejecuciones. Es lógico el uso de esta mecánica teniendo en cuenta que estamos ante armas japonesas y en un contexto de combates más pausados y más limpios. En este sentido, es especialmente divertido.


Assassin's Creed Shadows introduce además cambios en el mundo, a través de estaciones que cambiar el escenario e incluso limitan algunas de las misiones a momentos concretos del día. Aunque el juego permite cambiar de estación al jugador, lo cierto es que lo mejor es ver como va evolucionando el mapa poco a poco en el cambio de otoño a invierno, por ejemplo. O como la nieve se va deshaciendo en tiempo real o empiezan a florecer las plantas.
Esto hace que el mundo sea una delicia de explorar. Sí, hay muchas zonas vacías. Sí, es enorme y te llevará, solo explorarle más de 10 horas. Pero es una gozada. Aunque hay viaje rápido entre las —malditas— atalayas, también hay puestos que podremos desbloquear con las monedas del juego. No obstante, es necesario haber pasado antes por ellas, por lo que tendrás que descubrir, sí o sí, el mapa a mano.

Esto no debería ser un problema, y las misiones están planteadas para que más o menos lo hagas de forma natural, y, si no, tienes el caballo para hacerlo más rápido, pero sus controles, en nuestra opinión, dejan mucho que desear. Y no, no hay el viaje automático que sí hemos visto en juegos anteriores. Otra cosa especialmente frustrante es que el caballo reduce su velocidad en zonas pobladas, aunque estés de paso, y para cubrir grandes distancias, se hace especialmente frustrante.

Con todo, Assassin's Creed Shadows es un juego divertido. Un título de aventura que cumple a rajatabla todos los checks que hacen de un título algo recomendable y divertido. No esperes la reinvención de la rueda. Es la fórmula Ubisoft de siempre con algunas mejoras aquí y allá. No obstante, el mundo en el que desarrolla, y su historia, que permite ir descubriendo a tu ritmo, son suficientes como para recomendárselo a todos aquellos que busquen un mundo abierto de aventuras en el pasar un rato agradable o en el que pederse durante horas y horas.