Por si no fuese suficiente con las muertes, las desapariciones, los daños materiales y las enfermedades por el agua contaminada, el desastre de Valencia se complica ahora con la proliferación de decenas y decenas de bulos. En realidad, los bulos por la DANA no son algo nuevo. Muchos surgieron poco después de que comenzaran las inundaciones, pero a medida que pasan los días la información falsa es cada vez más habitual.
Esto es algo que suele pasar con los desastres naturales en todas las partes del mundo. Desde el huracán Katrina, en Estados Unidos, hasta las inundaciones de Kerala, en la India, pasando por los terremotos que sacudieron Turquía y Siria en 2023, son muchísimos los bulos que no solo confunden a la población. También pueden dificultar las tareas de rescate.
De momento, no se sabe si los bulos por la DANA de Valencia están dificultando las tareas de rescate, pero sí que están llevando a un aumento de la crispación. Una crispación que, cuando la población se encuentra en un estado tan vulnerable, puede ser muy peligrosa. Lógicamente, hay personas a las que eso les beneficia. ¿Pero por qué? ¿Qué es lo que lleva a alguien a lanzar bulos en una situación tan dramática? ¿Y por qué tendemos a creérnoslos por encima de la información veraz?
Las redes sociales como arma de doble filo
La información en torno a los desastres naturales ha cambiado mucho desde que existen las redes sociales. En parte se trata de un cambio beneficioso. La información llega mucho más rápido a la población que, a su vez, puede utilizar estos cauces para organizarse y ofrecer ayuda. También es más fácil identificar a los desaparecidos y, en general, se ayuda a generar empatía con las víctimas.
Pero, por desgracia, las redes sociales también han facilitado la transmisión de bulos. De hecho, según un estudio del MIT, la información falsa tiene un 70% más de probabilidad de difundirse en redes sociales que la veraz. Por eso los bulos de la DANA están llegando tan lejos.
Uno de los más comentados en los últimos días ha sido el del parking del centro comercial Bonaire. Es bien sabido que los garajes subterráneos se convirtieron en una trampa mortal para muchas personas que fueron sorprendidas por el agua mientras intentaban sacar su coche. Algunos tenían un acceso muy complicado y se ha tardado en llegar hasta ellos y limpiarlos a fondo. Por eso, se temía encontrar muchas víctimas en su interior.
De este miedo surgió la noticia de que se habían encontrado decenas de muertos en el interior del parking. En algunos casos incluso se hablaba de cientos. Se decía que se estaba ocultando esa información a la población. Sin embargo, cuando empezó a difundirse esa información era imposible tener una cifra de fallecidos, porque aún no se había logrado desaguar el párking de Bonaire. Finalmente, la Unidad Militar de Emergencias (UME) ha anunciado que, finalizadas las maniobras de limpieza, se han encontrado muchos coches, pero ninguna persona, viva o muerta.
¿Por qué nos creemos los bulos de la DANA?
Los seres humanos nos llevamos muy mal con la incertidumbre. Hay estudios que demuestran que preferimos las malas noticias a la incertidumbre. Por ejemplo, nos sentimos más tranquilos con un despido que sin saber qué nos ocurrirá cuando se están despidiendo personas en la empresa.

Preferimos saber que el siguiente tren llegará 1 hora tarde que no tener constancia de cuándo llegará. En general, toleramos mejor las malas noticias que la ausencia de las mismas.
Por eso las fake news, como los bulos de la DANA, calan muy bien en la población. Suelen ser malas noticias, pero dan cifras. De momento solo se han hecho oficiales las cifras de fallecidos identificados. Está muy claro que, por desgracia, habrá más víctimas mortales. Sin embargo, oficialmente no se puede declarar hasta que no se rescaten los cuerpos. Esa es una incertidumbre con la que nuestro cerebro no se lleva bien. Se toleran mejor los bulos de la DANA que hablan de cifras concretas de muertos. Aunque sean cifras horripilantes.
¿A quién le conviene lanzar esas noticias falsas?
La mayoría de personas que están difundiendo los bulos de la DANA lo hacen inconscientemente. No saben que son noticias falsas. Sin embargo, quienes los lanzan inicialmente sí suelen tener propósitos ocultos.
Un buen ejemplo de ello es lo que pasó en Estados Unidos con el huracán Milton. Se difundió la noticia de que la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA) estaba desviando fondos del rescate para financiar a personas migrantes sin papeles. Esto, como es lógico, generó un gran revuelo y descontento entre la población general, y entre las personas afectadas por el desastre en particular. Sin embargo, con el tiempo se supo que la noticia procedía del entorno de los votantes de Trump. Al candidato republicano le convenía ese descontento hacia el gobierno vigente.

Con los bulos de la DANA está pasando algo parecido. Después de un desastre natural no se debería hablar de ideologías políticas. Todas deberían arrimar el hombro juntas para salvar al pueblo. Sin embargo, y por desgracia, la realidad no es esa. A menudo se aprovecha la vulnerabilidad de las personas tras este tipo de fenómenos para generar descontento y obtener beneficios políticos.
No hay más que ver que algunas de las manifestaciones sociales las están organizando grupos políticos y que muchos dirigentes están aprovechando para tirar tierra, literalmente, sobre la oposición. Recientemente hubo un ataque al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, mientras visitaba la zona afectada. Un grupo con tintes políticos de extrema derecha reivindicó el ataque. Y así con todo.
¿Por qué insistimos en buscar culpables?
Del mismo modo que nuestro cerebro no tolera la incertidumbre, también lleva muy mal cualquier situación que no esté bajo su control. Odiamos aquello que no podemos controlar. Por eso, a veces la única forma de gestionar las emociones de ira o tristeza es buscar culpables.
Suscríbete a la newsletter diaria de Hipertextual. Recibe todos los días en tu correo lo más importante y lo más relevante de la tecnología, la ciencia y la cultura digital.

Eso también lo saben las personas que lanzan noticias falsas como los bulos de la DANA. En este caso, sí que hay culpables, por supuesto. Los empresarios no enviaron a los empleados a sus casas y el gobierno autonómico, el encargado de lanzar la alerta y solicitar ayuda, lo hizo demasiado tarde. Sin embargo, no parece suficiente. La población necesita más culpables, de modo que aquellos grupos políticos que se ríen por las alarmas por el cambio climático, ahora se quejan de quienes no han sabido gestionar las consecuencias del cambio climático.
De nuevo, se aprovecha una necesidad imperiosa de nuestro cerebro con fines partidistas.
Las consecuencias de los bulos de la DANA
Las fake news que se lanzan después de los desastres naturales, como los bulos de la DANA, pueden ser muy peligrosas de distintas formas.
Es algo que se vio, por ejemplo, tras las inundaciones de Kerala. Durante las maniobras de rescate se hizo viral un vídeo falso en el que se veía una fuga en la presa de Mulleaperiya. Esto generó un gran temor en la población y un revuelo que dificultó mucho más las maniobras de rescate y limpieza de la zona.
En otros casos, como lo ocurrido en Estados Unidos, se genera desconfianza hacia los propios rescatadores, de manera que, de nuevo, se dificultan las maniobras de rescate.
También surgen muchas noticias falsas o exageradas en relación con los saqueos. De hecho, ha sido uno de los bulos de la DANA más difundidos. Primero fueron vídeos caseros y luego los propios medios de comunicación los que difundieron imágenes de personas que no tienen para comer tomando comida de los supermercados o de vecinos descalzos “robando” zapatillas de deporte. Todo eso se pintó como saqueos. La delincuencia sembrando el caos. Pero en realidad no es eso.

Tras el impacto del huracán Katrina en Estados Unidos en 2018 pasó algo parecido y se saldó con la policía disparando a dos personas desarmadas.
Por todo esto, es responsabilidad de todos intentar poner freno a los bulos de la DANA. La ira, la tristeza y la frustración son sentimientos lícitos. Buscar culpables es totalmente natural. Sobre todo porque, en cierto modo, los hay. Pero lo que debemos intentar evitar por todos los medios es que se difunda la información falsa de quienes, en realidad, no tienen ningún interés en ayudar a las víctimas.
Aquí, quienes importan son los valencianos. Todas esas personas que han perdido su casa, sus seres queridos, su coche o su trabajo. Esas personas que vieron con pánico como la corriente se llevaba todos sus sueños y sus ilusiones. Esos trabajadores que, sin coche ni casa, tienen que ir a trabajar para no perder lo único que les queda. Canalicemos nuestra rabia en ayudarles en la medida de nuestras posibilidades. Pero sin hacerle el juego a quienes difunden los bulos de la DANA. Estos solo traerán más problemas y ya tenemos suficientes.