La historia del dopaje es casi tan antigua como la competitividad del ser humano. Si bien se empezó a perseguir y sancionar en la década de 1960, cientos e incluso miles de años antes los deportistas del pasado ya recurrían a ciertas triquiñuelas para mejorar su rendimiento.

Desde los gladiadores romanos hasta los ciclistas del siglo XIX, pasando por los primeros atletas olímpicos en la antigua Grecia y los caballeros medievales, todos conocían ciertas sustancias que les proporcionarían un mejor desempeño en sus tareas. En aquella época el dopaje por sustancias químicas no estaba mal visto ni sancionado. Eso sí, si a alguien se le ocurría recurrir a la magia negra para cualquier tarea deportiva sería rápidamente descalificado

Es curioso cómo ha cambiado todo en ese aspecto, pero lo poco que lo ha hecho en las locuras que somos capaces de cometer los humanos con tal de salirnos con la nuestra. Porque a veces, aun sabiendo que ciertas sustancias pueden ser mortales, ha habido quien no ha dudado en tomarlas con tal de ganar. Esto es algo que vemos a lo largo de la historia del dopaje, pero todavía en la actualidad.

Los primeros casos de la historia del dopaje

Posiblemente, los ejemplos más antiguos de dopaje sean los que se registraron en los gladiadores romanos y los primeros atletas griegos.

Se sabe que los gladiadores tomaban infusiones de hierbas que aumentaban su rendimiento en las carreras de carros. Los griegos, por su parte, experimentaron con una amplia variedad de “pociones mágicas”. La mayoría de ingredientes de estos bebedizos no se conocen en la actualidad, ya que no se han conservado registros. Sin embargo, sí se sabe que a menudo recurrían a sustancias estimulantes como ciertos hongos. Vamos, que los atletas olímpicos tomaban setas mágicas. Eso sería impensable hoy en día.

Gladiador 2: primeros detalles de la historia
Los gladiadores tomaban infusiones de hierbas para rendir mejor.

Además, se sabe que algunas pócimas contenían otros opiáceos y sustancias extraídas de los testículos de animales. Podría verse como un antecedente muy rudimentario del Red Bull.

Los trucos de los caballeros medievales

Los caballeros medievales también tenían sus propias formas de dopaje. Pero no las usaban en competiciones como las justas. Al menos no solo ahí. Recurrían a ello sobre todo antes de las batallas. Se sabe que solían comer órganos de animales asociados a la fortaleza, como los testículos. Y también que conocían ciertas sustancias estimulantes, cuyos nombres no han trascendido, que les ayudaban a aumentar su rendimiento en la lucha contra el enemigo.

Indios, chinos e incas

Otras culturas antiguas también tenían trucos similares para mejorar su rendimiento físico. Por ejemplo, se sabe que los médicos en la antigua China recomendaban a los guerreros que tomasen un extracto de la planta efedra, llamado Ma Huang, para mejorar su rendimiento. Esta planta se ha seguido consumiendo muchísimo en medicina tradicional china para tratar la tos, la congestión o el asma, pero también para aumentar la energía.

Por otro lado, allá por el año 300 antes de Cristo, en la India comían testículos de animales antes de las batallas. Parece que esta forma de dopaje era común en muchas culturas.

guerrero chino
Los guerreros chinos tomaban extractos de efedra. Crédito: Joshua Forbes (Unsplash)

Y no podemos hablar de la historia del dopaje sin tener en cuenta a los incas. Hay escritos de la época en los que se cuenta que algunos guerreros eran capaces de recorrer en 5 días los 1.750 km de Cuzco a Quito bajo los efectos de la cocaína. 

La historia del dopaje más actual

La historia del dopaje no ha terminado. Continuamente se siguen detectando casos, ya sea por consumo de esteroides, insulina, transfusiones de sangre u otros muchos mecanismos.

Muchos atletas solo se llevan sanciones, pero otros ponen en serio peligro su salud. Incluso pueden producirse muertes. El primer fallecimiento registrado en la historia del dopaje tuvo lugar en el siglo XIX. En 1886, el ciclista inglés Arthur Linton competía en una carrera entre Burdeos y París cuando se dice que sufrió una sobredosis por un compuesto llamado trimetil, que terminó causándole la muerte. Otros registros de la época dicen que finalizó la competición y que murió un tiempo después a causa de fiebre tifoidea. En aquella época las muertes no se registraban con la misma exactitud que ahora. Pero si él no fue el primero es muy posible que hubiese otros por la misma época.

Porque incluso hoy en día vemos cómo algunos deportistas, especialmente los culturistas, ponen en peligro su vida con tal de mejorar sus marcas. Si lo de la magia negra ya es disparatado, pensar en enfrentarse a la muerte por una medalla no parece una alternativa mucho más cuerda.