Las ciencias forenses tuvieron un papel esencial en la investigación del asesinato de Asunta Basterra. Si bien inicialmente solo se detuvo a su madre, Rosario Porto, por incoherencias en sus declaraciones, fueron las ciencias forenses las que dieron el impulso para la detención del padre. Concretamente, fue el análisis del cabello de Asunta el que demostró que había consumido pastillas de Lorazepam justo en la época en la que Alfonso Basterra las adquirió en una farmacia cercana.

La niña llevaba meses acudiendo mareada a clase. Sus profesoras de música le refirieron a los investigadores que llegó a tener que caminar apoyándose en las paredes para no perder el equilibrio. Los padres les explicaron que estaba tomando antihistamínicos, pero Asunta insistía en que no tenía alergia. Le explicaba a las profesoras que sus padres le daban algo y que ella no sabía lo que era.

Por ese motivo, los forenses quisieron investigar el cabello de la niña en busca de restos de Lorazepam. Es un procedimiento muy habitual en este tipo de casos. ¿Pero cómo y por qué se hace?

Las pistas en el pelo de Asunta Basterra

Cuando una persona consume una droga, con intención o sin ella, esta pasa solo un tiempo determinado en su sangre. Después, se metaboliza y lo que queda se elimina, de tal manera que deja de poder detectarse. En cambio, con el pelo pasa algo diferente.

Los cabellos en crecimiento se nutren a través de la sangre que llega a los folículos pilosos. Si esa sangre lleva algún tipo de sustancia, como el Lorazepam que tomó Asunta, esta pasa a las células del pelo en crecimiento. Mientras que este no se renueve, las drogas se mantienen ahí, separándose cada vez más de la raíz a medida que crece el cabello.

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La niña acudía mareada a clase por el consumo de Lorazepam. Crédito: Wikimedia Commons

Se han llegado a encontrar drogas similares a la cocaína en pelos de momias de 4.000 años de antigüedad. También se ha investigado el pelo del mismísimo Ludwing van Beethoven, con el fin de esclarecer si la intoxicación por plomo tuvo que ver con su sordera y su muerte. En casos mucho más actuales, como los pinchazos en las discotecas, se analizó el pelo de algunas chicas en busca de drogas. Era esperable que el de Asunta pudiese arrojar alguna pista y así fue.

Los investigadores que analizaron el caso tomaron un mechón de pelo de la niña. Según explican en el documental El caso Asunta (Operación Nenúfar), 12 centímetros del mismo, empezando a contar desde la raíz, se corresponderían aproximadamente con el crecimiento de un año. Por eso, tomaron esa longitud de pelo y lo dividieron en tres segmentos, que harían referencia a los tres cuatrimestres del año.

Se vio que el segmento más cercano a la raíz y, por lo tanto, el más reciente, contenía dosis significativas de Lorazepam. Esto indica que Asunta lo había estado consumiendo durante los últimos 3-4 meses.

el caso asunta
Crédito: Netflix

¿Qué tiene que ver todo esto con el padre?

Rosario Porto tenía recetado Lorazepam para el insomnio. Su marido había retirado varias cajas de la farmacia en los últimos meses y justo coincidían con la época en la que Asunta comenzó a mostrarse mareada.

Dado que el análisis forense del cabello confirmó que lo había estado tomando, estaba claro que el padre no había comprado esas cajas para ayudar a dormir a su mujer. Al menos no era eso lo que se intuía ya a esas alturas de la investigación del crimen. El pelo fue determinante para la detención como lo ha sido para tantas otras en la historia de las ciencias forenses. 

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