La entrevista de Rafa Nadal en El Objetivo ha dado mucho que hablar. Sobre todo por sus opiniones sobre el feminismo, pero también por otros temas como esa retirada que nunca llega o sus vivencias con el psicólogo. No dio muchos detalles al respecto, pero sí que dijo que ha ido en dos ocasiones, por dos problemas que tuvo, uno de pequeño y otro de mayor. Fueron declaraciones que también despertaron muchos comentarios en redes sociales, incluidos los del actor y director Tristán Ulloa, quien quiso añadir algo al respecto: “No hace falta tener problemas para ir a un psicólogo. Mejor ir antes de tenerlos”.
Estas declaraciones también han sido un tanto polémicas. ¿Quién tiene razón, Rafa o Tristán? ¿Deberíamos ir al psicólogo cuando nos encontramos bien o cuando ya estamos muy afectados?
La respuesta, como con tantas otras cosas en la vida, está en un término medio. Ir al psicólogo cuando tenemos una salud mental plena no tiene mucho sentido. Pero hacerlo cuando un problema se encuentre en un estado muy avanzado, haría mucho más complicada la terapia. Es importante saber detectar las señales de que algo no marcha bien y, en ese punto, acudir cuando antes. Ante la duda, siempre puede ser una buena idea consultar. Pero, lo que está claro, es que, si no te preguntas si necesitas ir al psicólogo, posiblemente sea porque no te haga falta.
¿Cuándo debemos ir al psicólogo?
Antes de hablar sobre cuándo se debe ir a un psicólogo, hay varios factores que debemos tener en cuenta. El primero es que los que se conocen como sentimientos negativos en realidad no lo son tanto. Es normal sentirlos, a veces son incluso adaptativos, y si se experimentan de forma puntual y controlada no indican que haya ningún problema.
Por ejemplo, la ansiedad nos hace estar alerta. Es la respuesta a un mecanismo conocido como lucha o huida que hemos desarrollado evolutivamente para prepararnos para un peligro. Si un antepasado tenía que enfrentarse a un león, disponía de dos opciones: salir corriendo o luchar contra él. En ambos casos, su frecuencia respiratoria y cardíaca aumentarían, sus músculos se tensarían, toda la energía se centraría en esas necesidades y abandonaría otras, como la digestión…. Hoy en día luchar contra un animal salvaje no es lo normal, pero un examen o una entrevista de trabajo pueden ser percibidas por nuestro cerebro como una amenaza, desencadenando los mismos síntomas. Eso es la ansiedad y si se siente solo en esas circunstancias no es algo malo.
En cambio, si llega a extremos mucho mayores o se experimenta en situaciones que realmente no necesitan esa alerta, es cuando algo no va bien.
Ocurre lo mismo con la tristeza. Es un sentimiento que activa el proceso psicológico que nos ayuda a superar situaciones que nos sobrepasan, como la pérdida de una persona. Estar triste por el fallecimiento de un ser querido, por una ruptura amorosa o cualquier desilusión, es totalmente normal y adaptativo. El problema viene cuando esto no se supera con el paso del tiempo o interfiere en nuestro día a día.
Entonces, ¿cuándo consultamos?
En general, los psicólogos hablan de que necesitamos consultar a uno de ellos, por ejemplo, cuando hay traumas que no se superan, desconexión de las actividades que antes eran placenteras, síntomas físicos sin explicación médica o cuando se experimenta un malestar continuado en la vida diaria. También si vemos que nuestros seres queridos están preocupados por nosotros. Puede que nosotros no nos demos cuenta, pero los demás sí perciban que no estamos bien. En esos casos, es cierto que puede que aún no haya un problema como tal, pero sí hay indicadores de que algo no va bien.
¿Tiene razón Tristán Ulloa?
En conversación con Hipertextual, el psicólogo Marc Ruiz de Minteguía habla de cuáles son para él esos primeros indicadores. “Yo suelo utilizar como primer indicador el sufrimiento humano”, relata. “Pero hay mucho sufrimiento que puede producirse, por ejemplo, por decisiones políticas, contextuales…Y el error que cometemos es atribuir ese dolor a la individualidad a un error en la persona”.
Esto indica que el contexto también es importante para discernir lo que realmente es un problema. “Por tanto y teniendo esto en cuenta, con brocha gorda, diríamos que un problema psicológico sería el error que cometemos al intervenir sobre una dificultad que nos encontramos en la vida”, sigue explicando el psicólogo. “En la medida en la que la persona perpetúa ese intento de solución que no resuelve esa dificultad, el problema aumenta y se consolida”.
Una vez con todo esto en cuenta, por supuesto que es importante ir al psicólogo cuanto antes. Pero una vez que ese problema empieza a aflorar, no antes.
“Por ejemplo, hay un mejor pronóstico en un TCA cuanto antes se pueda intervenir.Si Tristán Ulloa se refiere a eso, estoy de acuerdo con él. Pero respecto a la idea de ir al psicólogo antes de tener el problema o sin tenerlo, bajo mi punto de vista, no tiene sentido. La intervención psicológica es una tecnología que está desarrollada para resolver problemas psicológicos, no para explorarse, conocerse mejor o prevenir. La prevención psicológica es una cosa, y la intervención es otra”.
Marc Ruiz de Minteguía, psicólogo
¿Tiene razón Rafa Nadal con respecto a los tabúes?
Más allá del tema que comenta Tristán Ulloa, Rafa Nadal también señaló que él tiene muy normalizado acudir al psicólogo. Por este motivo, para él no es un tabú. No cree que lo sea. ¿Pero es verdad que para la sociedad ha dejado de ser un tabú?
También hemos preguntado a Ruiz de Minteguía al respecto. “Se ha desestigmatizado mucho ir al psicólogo, y más desde la pandemia, pero todavía sigue siendo visto con más reservas que ir al médico o al fisioterapeuta”. Afortunadamente, parece que la situación no hace más que mejorar. “Creo que es cuestión de tiempo y de un cambio generacional”.
Ojalá sea así. Pues lo que no se puede negar es que acudir a tiempo a un psicólogo puede incluso salvarnos la vida. ¿Por qué deberíamos estigmatizar algo tan importante como eso?
