El triste fallecimiento de la actriz Itziar Castro ha vuelto a poner en el candelero un tema que, en realidad, nunca llegó a irse del todo: la gordofobia. La artista pasó toda su carrera profesional haciendo un gran activismo contra este problema social. Para ello, usó un argumento que disgustaba a muchas personas. El hecho de que ella, a pesar de ser obesa, estaba sana. Su muerte, posiblemente por un infarto en una piscina, ha hecho a muchas personas lanzarse a las redes sociales con una moralidad dudosa, diciendo que, en realidad, tan sana no estaría. ¿Pero podría haberlo estado? ¿Puede una persona estar sana y con obesidad?

Antes de hablar de este tema, debemos dejar claro que la obesidad no es una elección. Una persona no se mira al espejo y dice: “Voy a comer todo lo que pueda, me apetece estar obesa”. Sí que pueda ocurrir que alguien con obesidad no quiera o no pueda dejar peso, pero nadie lo va buscando. Probablemente, Itziar tampoco lo buscó. De hecho, ella padecía lipedema, una enfermedad que se caracteriza por la acumulación anormal de tejido adiposo subcutáneo. Esto lleva a un aumento enorme del peso corporal, contra el que se puede hacer muy poco. Por eso, lo primero que defienden los activistas contra la gordofobia es que no podemos criticar el peso de una persona, sea cual sea, porque no sabemos lo que hay detrás.

Dicho esto, es cierto que Itziar Castro siempre insistió en que sus analíticas eran buenas. Decía en que se podía estar sana y con obesidad, por lo que recibió muchas críticas. La mayoría de las personas que se enfrentaban a ella se quejaban de que hacía apología de la obesidad. Pero, en realidad, no era eso lo que hacía. Simplemente, demostraba que, en salud, no todo gira alrededor del peso. Una persona con normopeso puede tener una analítica con muchos parámetros descompensados y otra con obesidad, como Itziar, una analítica para enmarcar. ¿Significa eso que estos obesos sanos están libres de enfermar? Es algo difícil de contestar, pero veamos lo que dice la ciencia. 

Sana y con obesidad: ¿era un espejismo lo de Itziar Castro?

La muerte de Itziar reaviva un debate científico que en realidad existe desde hace años: ¿puede haber una persona sana y con obesidad?

Generalmente, la obesidad se asocia a una serie de problemas metabólicos que aumentan la probabilidad de padecer enfermedades como la diabetes tipo 2, las afecciones cardiovasculares y algunos tipos de cáncer. Estos parámetros metabólicos son una cantidad elevada de grasa abdominal, triglicéridos altos, niveles bajos de colesterol HDL, presión arterial alta y niveles elevados de azúcar en sangre.

Sin embargo, se calcula que entre un 10% y un 20% de las personas con obesidad no tienen estos parámetros descompensados. ¿Significa eso que están libres de enfermar? Bien, es algo que los científicos no terminan de tener claro.

Algunos apuntan a que las personas sanas y con obesidad se encuentran en un paso previo hacia la obesidad patológica. Otros, en cambio, consideran que es posible que nunca lleguen a ese estado patológico. Las causas no están claras, aunque también hay varias hipótesis.

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Entre un 10 y un 20% de las personas obesas no tienen los parámetros metabólicos alterados.

El caso de la inflamación

Algunos científicos apuntan a que los obesos sanos tienen niveles diferentes de inflamación en su organismo, en comparación con los que los que sí tienen parámetros metabólicos alterados. La inflamación es un proceso necesario de nuestro organismo. Se desencadena generalmente como respuesta de la acción del sistema inmunitario, o ante una contusión. Por lo tanto, está asociado a respuestas saludables de nuestro organismo. El problema es que una inflamación elevada puede ser también muy dañina para la salud.

Podemos verlo como si el sistema inmunitario fuese un ejército a caballo. Una vez que este ha combatido contra el organismo, deja el terreno pisoteado. Este terreno es nuestro propio organismo, en el que ha tenido lugar la contienda. Y el suelo pisoteado y dañado es la inflamación.

Algunos alimentos y afecciones promueven la inflamación, con todas sus consecuencias. Se ha visto que, generalmente, las personas con obesidad tienen niveles elevados de inflamación. Sin embargo, no todos tienen los mismos niveles de inflamación. Y eso parece ser algo que diferencia a los obesos sanos de los que no lo están tanto.

¿Cómo se mide?

De hecho, algunos científicos apuntan a la medición de los niveles de proteína C reactiva, asociada a los procesos inflamatorios, para determinar si un obeso es “obeso sano”. Algo curioso de estas personas es que también se ha visto que, en algunos obesos sanos, inducir una pérdida de peso puede tener efectos no esperados como el aumento del tono cardiaco parasimpático, el descenso de la presión arterial tanto sistólica como diastólica y la alteración de los niveles de cortisol. Por lo tanto, parece que, para ellos, adelgazar puede ser contraproducente. Aunque, por supuesto, esto es algo que se debe estudiar en mayor profundidad.

La insulinorresistencia es clave

La insulina se encarga de ayudar a las células a absorber la glucosa presente en la sangre, para que esta no se acumule. Cuando se ingiere mucha glucosa, sin mezclar con ingredientes como la fibra, se genera lo que se conoce como picos de insulina. Es decir, se libera una gran cantidad de esta hormona, que no da abasto a redistribuir todo ese exceso de glucosa entre las células.

Como resultado, las células necesitan cada vez más y más insulina y llega un momento en que se vuelven resistentes a ella. Por mucha que obtengan, ya no pueden utilizarla. Esto es lo que se conoce como insulinorresistencia y es un factor de riesgo de muchísimas enfermedades graves.

Una persona sana y con obesidad, perteneciente al 10-20% comentado con anterioridad, puede no ser insulinorresistente. En cambio, por cuestiones genéticas o asociadas a la alimentación, alguien con normopeso sí puede mostrar resistencia a la insulina. En esos casos, la personas con normopeso tendría más riesgo de desarrollar ciertas enfermedades.

¿Dónde está la grasa de una persona sana y con obesidad?

Otro factor clave de los obesos sanos es la forma en que se distribuye la grasa en su cuerpo. Se ha visto que, por lo general, suelen tener una mayor acumulación de grasas subcutánea, en comparación con la grasa que se acumula alrededor de los órganos. Esto último es mucho más grave, pues se puede afectar al funcionamiento de esos órganos, aumentando la probabilidad de padecer muchas enfermedades. Por eso, podrían estar más sanos que otras personas con menos sobrepeso, pero su grasa concentrada mayormente en torno a los órganos.

Su salud no pasa solo por su obesidad

En definitiva, sí, las personas obesas pueden tener muchos problemas de salud. Y es lógico que este factor se tenga en cuenta; por ejemplo, cuando van al médico. Sin embargo, ni en un centro sanitario ni en cualquier ámbitos se les debería discriminar bajo una supuesta preocupació por su salud. 

De hecho, en España, La Ley de Seguridad Alimentaria y Nutrición prohíbe expresamente en su artículo 37 la discriminación directa o indirecta por razón de sobrepeso u obesidad. “No se pueden menoscabar las capacidades intelectuales o las posibilidades de las personas por razón de sobrepeso u obesidad”.

Eso, se diga lo que se diga, es gordofobia. Gracias a que Itziar Castro levantó la voz contra todo esto, muchas personas han hecho lo propio, uniéndose  a sus protestas. Eso es lo que deberíamos recordar. Que fue una mujer valiente, que además regaló un poquito de su valor a quien quisiera tomarlo. Eso es lo que debe importarnos. Lo demás son elucubraciones que de nada sirven, especialmente en un momento tan delicado para sus familiares. 

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