Ya conocemos los nombres de todos los integrantes del nuevo Gobierno de España. La cartera de sanidad cae en manos de Mónica García, la antigua candidata a la presidencia de la Comunidad de Madrid por Más Madrid. Durante su época de parlamentaria ha hecho un gran activismo para la mejora del sistema sanitario madrileño, apoyándose siempre precisamente en su profesión. Como médica anestesista, conoce desde dentro cuáles son las carencias de la sanidad en Madrid, pero también en España. Y eso precisamente es lo que ha hecho a Pedro Sánchez tomar la decisión de nombrarla ministra. Ahora bien, ¿cuáles son esos retos de la Sanidad en España a los que deberá enfrentarse?

La pandemia puso de manifiesto que el sistema sanitario español era mucho menos robusto de lo que pensábamos. Los aplausos en los balcones fueron perdiendo fuerza, dejando paso a un maltrato institucional a los sanitarios que hizo mella en ellos. Pero también en los pacientes.

Por eso, los retos de la Sanidad en España comienzan por dar a sanitarios y pacientes el trato que se merecen. De hecho, la mayoría de las peticiones de las asociaciones médicas giran en torno a esos dos pivotes. Estas señalan unos retos generales, que se pueden tratar desde el Ministerio. Aunque se debe tener en cuenta que las competencias en sanidad están delegadas a las Comunidades Autónomas y que son sus Consejerías de Sanidad las que tienen la última palabra. Además, la situación es muy variable de unas a otras, por lo que es imposible generalizar en este sentido.

Los retos de la Sanidad en España según los propios sanitarios

El Instituto para la Mejora de la Asistencia Sanitaria (IMAS), la Organización Médica Colegial de España (OMC), la Federación de Asociaciones Científico Médicas (FACME) y el Consejo General de Organizaciones de Médicos (CGOM) han redactado recientemente un documento en el que describen los que deben ser los retos de la Sanidad en España para la legislatura que acaba de comenzar, con Mónica García al frente de su Ministerio.

Estos se sostienen sobre estos objetivos: mejorar la salud de la población, mejorar la experiencia del paciente y el profesional y aumentar tanto la calidad y la equidad del sistema como la eficiencia del mismo. Para lograrlo, Mónica García y su equipo se enfrentan a varios retos, de los que se pueden destacar estos siete. 

Reorientar el sistema nacional de salud hacia la salud

Actualmente, el Sistema Nacional de Salud (SNS) está orientado hacia la enfermedad. Es decir, se buscan soluciones cuando las personas ya están enfermas, pero se trabaja mucho menos en la prevención para que la población viva con salud.

Aproximadamente, entre un 20% y un 25% del gasto sanitario en España se produce por cuestiones prevenibles. Por eso, complementar la atención sanitaria con estrategias de salud pública podría suponer una inversión presupuestaria al principio, pero a largo plazo conllevaría un ahorro para el Gobierno y, sobre todo, una gran ayuda para los pacientes.

Desarrollar una atención integral

Una atención adecuada debe estar compuesta por tres pilares: recursos sociales, recursos profesionales y servicios que permitan una buena asistencia.

El sistema nacional de salud es muy débil en ese sentido, especialmente desde que ha ido aumentando la población de edad avanzada y con enfermedades crónicas. Por eso, entre los retos de la Sanidad española se encuentra el diseño de planes de estrategia comunes entre los servicios sociales y sanitarios, que permitan atender más fácilmente a estos sectores más vulnerables de la población. Aunque, en general, todos los pacientes se verían beneficiados. 

Aumentar los servicios destinados a la salud mental y bucodental

En España, 1 de cada 4 personas tendrá algún problema de salud mental a lo largo de su vida. Los más frecuentes son la ansiedad y la depresión, que además se han agudizado desde que comenzó la pandemia de la COVID-19.

Lamentablemente, en los últimos años estas cifras no han hecho más que aumentar, pero los recursos del sistema nacional de salud no han podido hacer frente a la situación. Según un estudio publicado en 2021, en ese momento había en España 8.713 profesionales especialistas en Psicología Clínica con la titulación adecuada para trabajar en el Sistema Nacional de Salud. Sin embargo, contratados por el mismo solo había 2.816 psicólogos clínicos. 

Esto significa que el sistema sanitario dispondría de una bolsa de más de 5.000 profesionales cualificados para ampliar su cartera de servicios. Lamentablemente, los recursos económicos se suelen destinar a otras especialidades, obligando a las personas con problemas de salud mental a esperar largas listas de espera o pagar de su bolsillo a un psicólogo privado.

Con los dentistas pasa algo similar. Según el Colegio General de Dentistas de España, en 2022 había en nuestro país 40.417 dentistas colegiados. No obstante, en Atención Primaria solo hay contratados entre 1.200 y 1.300 dentistas. Dado que la salud bucodental es esencial y, además, puede relacionarse con la prevención de otras enfermedades, es una cantidad de profesionales insuficiente para atender a las necesidades de la población. Además, la inmensa mayoría de intervenciones no están cubiertas, de manera que los pacientes deben buscar dentistas privados, incluso para las necesidades más básicas.

Por eso, otro de los grandes retos de la Sanidad en España es abastecer a la población de recursos para trabajar por su salud mental y bucodental.

Dotar al Sistema Nacional de Salud de una estructura de gobierno

Las entidades firmantes del documento sobre retos de la Sanidad en España señalan que la devolución del Instituto Nacional de Salud a las Comunidades Autónomas “no se acompañó de la creación de instrumentos de cohesión eficaces”. Añaden que “la ausencia de una estructura de gobierno del SNS favorece las desigualdades, la falta de transparencia, la ineficiencia y el despilfarro”. Y, por si todo esto fuera poco, “se ha acompañado de una recentralización en los gobiernos de las Comunidades Autónomas, de un aumento de la injerencia de la política partidaria en la gestión sanitaria y de un aumento del aparato burocrático-administrativo en la sanidad”.

Todo esto ha conllevado a la proliferación de entidades (agencias, departamentos, institutos, servicios, etc.) en cada una de las Comunidades Autónomas/Servicios de Salud para realizar actividades y servicios “que tendrían mayor calidad y utilizarían más eficiente los recursos si se mancomunaran o compartieran utilizando distintas fórmulas de colaboración”. A estos problemas, finalmente, se une una gran falta de transparencia. 

Como solución, proponen llevar a cabo cuatro acciones: dotar al sistema de salud de un marco legal claro y actualizado, crear el Observatorio de Resultados del SNS, crear una Agencia Nacional de Calidad y  desarrollar un sistema de información al servicio de los pacientes y los profesionales. 

paciente y doctora
Tanto los sanitarios como los pacientes deben tener un papel activo en la toma de decisiones del SNS. Crédito: Mart Productions (Pixels)

Incorporar a los pacientes a la toma de decisiones

Igualmente que se necesita una estructura de Gobierno dentro del SNS, para que esta funcione acorde a las necesidades del mismo es esencial hacer a los pacientes partícipes de ella. De hecho, uno de los mayores retos de la Sanidad en España es precisamente que los pacientes, que no dejan de ser quienes la mantienen con sus impuestos y quienes deben beneficiarse de su buen funcionamiento, tengan una participación más activa. 

Por eso, debería haber una representación de los pacientes dentro de los órganos de gobierno del sistema.

Implicar a los médicos en la gestión y planificación del Sistema Sanitario

Del mismo modo que los pacientes son esenciales, también lo son los profesionales sanitarios, que a veces se dejan de lado en los órganos de gobierno que, al fin y al cabo, se encargan de gestionar cómo deberán trabajar.

Por eso, para evitar el burnout al que ya se están exponiendo muchísimos sanitarios en España, otro de los grandes retos de la sanidad es precisamente hacerles partícipes en estos nuevos órganos de gobernanza.

Impulsar una transformación digital del SNS tomando como eje la Historia Digital de Salud del Ciudadano

Las nuevas tecnologías se han ido incorporando poco a poco al SNS, sobre todo desde la pandemia de COVID-19. No obstante, los profesionales firmantes de este informe consideran que no se está haciendo en la dirección adecuada.

“Es absolutamente necesario reducir el tiempo médico para el registro de información en la historia digital, diseñar modelos que permitan el mejor uso de la información clínica, integrar los distintos sistemas y fuentes de información, facilitar la prescripción farmacoterapéutica con herramientas de ayuda a la toma de decisiones basadas en las guías actuales y por las características particulares del paciente e incorporar alertas de interacciones de fármacos.”

Entidades firmantes del informe

Se han dado pasos, pero no suficientes. Por eso, la transformación digital sigue siendo uno de los grandes retos de la Sanidad en España.

Los retos de la Sanidad para Mónica García

La nueva ministra de Sanidad, Mónica García, ha hecho ya algunas declaraciones públicas sobre cuáles son los retos de la Sanidad española a los que se quiere enfrentar en primer lugar.

Estos se dividen en dos grupos. Por un lado, obedecer a derechos básicos del paciente, como los que se citan en el informe anterior. Ha hecho referencia a la mejora de las prestaciones en salud mental, bucodental y visual, así como al fortalecimiento de la Atención Primaria.

No obstante, también ha hablado en otra línea muy diferente, al señalar que la salud de los ciudadanos no se consigue solo a través de la medicina. Ha hecho hincapié en la importancia de atender a la emergencia climática, pues esta también puede deteriorar la salud de los españoles.

Está en lo cierto. De hecho, el Instituto de Salud Global de Barcelona acaba de publicar un estudio en el que se calcula que en 2022 pudo haber un exceso mundial de 70.000 muertes atribuidas al calor. No se puede saber con seguridad las causas de los excesos de mortalidad. Sin embargo, los modelos diseñados por estos científicos encuentran una relación con la emergencia climática, del mismo modo que Mónica García.

Está claro que el cuidado del planeta y la salud van de la mano. Aunque, por supuesto, hay otras muchas medidas a cumplir directamente desde el entorno sanitario que no deben caer en el olvido. Los profesionales y los pacientes las reclaman y es a ellos a quiénes hay que prestar atención para establecer los retos de la Sanidad. Ojalá, este Gobierno sea capaz de escucharles y no únicamente de oírles. 

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