Un equipo internacional de científicos, incluidos botánicos del Jardín Botánico de la Universidad de Oxford, han accionado la alarma. El icónico género Rafflesia, que contiene las flores más grandes del mundo, corre peligro de extinguirse. El grupo está abogando por una acción coordinada a nivel mundial que garantice medidas urgentes en favor de su protección.
Los científicos responden de esta manera a un estudio publicado esta semana que identificó que la mayoría de las 42 especies de las Rafflesia están gravemente amenazadas. Sin embargo, solo una de ellas aparece en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
La investigación, publicada en Plants People Planet, señala que el 60% de estas plantas enfrentan un grave riesgo de extinción, equivalente a «En peligro crítico» o CR. Este es el quinto estado más grave de la Lista Roja, una escala de siete niveles utilizada por la UICN para evaluar el riesgo de una especie. Solo le siguen «Extinta en estado silvestre» y «Extinta».
Otras 15 especies de las Rafflesia entran en la categoría «en peligro» y dos figuran ya como «vulnerables». El estudio también explica que más del 67% de los hábitats de las Rafflesia se encuentran fuera de áreas protegidas y en riesgo de destrucción.
Medidas urgentes para proteger la flor más grande del mundo
«Este nuevo estudio destaca cómo los esfuerzos de conservación global dirigidos a las plantas, por muy icónicas que sean, se han quedado rezagados con respecto a los de los animales», dijo Chris Thorogood, subdirector del Jardín Botánico de la Universidad de Oxford y autor del estudio, en un comunicado.
La Rafflesia permanece oculta a la vista durante la mayor parte de su ciclo de vida. Existe como un sistema de filamentos en forma de hilos que invaden a su huésped. A intervalos impredecibles, el parásito produce un capullo parecido a una col que atraviesa la corteza de la vid. Eventualmente, forma una flor gigante de cinco lóbulos, de hasta un metro de diámetro. Puede llegar a pesar unos 10 kilos.
El grupo de científicos, liderados por la Universidad de Oxford, planteó un plan de cuatro puntos para proteger a la flor más grande del mundo y sus especies. Está dirigido a gobiernos, centros de investigación y organizaciones conservacionistas.
Piden, por un lado, que se protejan las habitas de las Rafflesia. La planta es un parásito que infecta las vides tropicales en las selvas del sudeste asiático, en regiones como Brunei, Indonesia, Malasia, Filipinas y Tailandia. El sudeste asiático también tiene los bosques que más rápido están desapareciendo del planeta. Además, muchas de las poblaciones conocidas de Rafflesia están peligrosamente cerca de asentamientos humanos en crecimiento.
Destacan, además, la importancia de desarrollar métodos para propagar exitosamente Rafflesia fuera de su hábitat nativo. «Estas podrían incluir el injerto de vides infectadas con Rafflesia en vides no infectadas, para especies donde es probable la destrucción del hábitat», explican en el comunicado.
La participación clave de las comunidades
Los otros dos puntos tienen que ver con ampliar la investigación sobre estas especies e invertir en proyectos de ecoturismo, que permita involucrar a las comunidades locales en la conservación de la flor más grande del mundo. «No podemos proteger lo que no sabemos que existe», dice el grupo de científicos en su pronunciamiento.
Adriane Tobias, guardabosques de Filipinas, resaltó el rol de los pueblos indígenas, «los mejores guardianes de nuestros bosques». «La Rafflesia tiene el potencial de ser un nuevo ícono para la conservación en los trópicos asiáticos», dijo Tobias.
Hoy hay más de 150.300 especies en la Lista Roja de la UICN. Del total, más de 42.100 especies están amenazadas de extinción. El riesgo alcanza al 41% de los anfibios del planeta, 37% de los tiburones y rayas, 27% de los mamíferos y al 13% de las aves.