En la segunda temporada de la serie Fundación, de Apple TV+, las predicciones más pesimistas de Hari Seldon (Jared Harris) comienzan a cumplirse. Lo que incluye la Segunda Crisis, que provocará la caída total del Imperio cósmico y la transformación de la psicohistoria en religión. Además, mostrará la destrucción de la dinastía genética de los Cleon en medio de la desacralización de su poder y capacidad para sostener un orden totalitario.

Por supuesto, la trama de Fundación, basada en la obra de Isaac Asimov, intentó simplificar una historia que abarca más de dieciséis libros. El guionista David S. Goyer rescató varios de los sucesos más relevantes del material de origen para adaptarlos a la pantalla pequeña.

El resultado es respetuoso con el texto del escritor, pero cercano a la versión libre y ha dividido las opiniones de los fans. Para algunos, fue lo mejor que pudo lograrse sobre una saga que abarca el relato de cientos de años y múltiples personajes. Para otros, es otra demostración de que las narraciones imaginadas por el autor, a menudo resultan un reto insalvable al trasladar su esencia a la pantalla pequeña y grande.

Sin embargo, algunas lo han logrado. Unas cuantas, de hecho, han conseguido reinventar con éxito de los escenarios extraordinarios en los que Isaac Asimov meditó sobre filosofía y ciencia. Otras se han enfocado más en sus conceptos sobre robótica, inteligencia artificial y la influencia de la tecnología en la historia humana. En cualquier caso, siempre se trata de recorridos de interés por un vasto universo que abarca temas tan variados como la antropología y las emociones humanas. Sus elementos más reconocibles.

El fin de la eternidad

Fotograma de El fin de la eternidad

En 1987, el director Andrei Yermash tomó uno de los textos más crípticos de Isaac Asimov y lo transformó en una reflexión filosófica. Se cuestionó la naturaleza de la realidad y la capacidad del hombre para entender la posibilidad del destino. La película El fin de la eternidad cuenta, de la misma manera que el libro del cual procede, qué ocurriría si la humanidad pudiera influir en el tiempo. No solo a nivel mecánico, sino como un conocimiento capaz de transformar la noción de la responsabilidad colectiva sobre el futuro. 

El argumento se enfoca en la organización conocida como La Eternidad, una entidad fuera del tiempo cuyo propósito es controlar el curso de la historia para evitar la guerra y la destrucción. Andrew Harlan (Oleg Vavilov) es un funcionario que viaja a través de las eras y el hilo cronológico para realizar tareas específicas. Todas ellas destinadas a mantener la estabilidad de la línea temporal. Sin embargo, cuando conoce a Noÿs Lambent (Vera Sotnikova) y se enamora de ella, comienza a cuestionar su papel como observador de todo lo que existe y podría ser. En particular, se plantea el impacto que su trabajo tiene en la vida de las personas.

Con su aire sobrio y frío, basado en largos diálogos intimistas y una puesta en escena austera, esta película, que disfrutarás si te gustó Fundación, explora temas como el libre albedrío, la responsabilidad moral y la naturaleza del tiempo. Aunque para su extraño final —por completo diferente al libro— el argumento toma algunas connotaciones políticas, la narración sigue siendo fascinante. Especialmente, en su manera de comprender el bien y el mal, la distancia de la ciencia y el temor al porvenir.

The Ugly Little Boy

The Ugly Little Boy, adaptación de Isaac Asimov para ver si te gustó Fundación

En 1977, uno de los relatos cortos más extraños de Isaac Asimov se convirtió en un largometraje conocido por su poderoso apartado filosófico, que comparte ciertas similitudes con Fundación. Los directores, Barry Morse y Donald W. Thompson, transformaron la historia de un cruel experimento científico en una perspectiva madura de la exclusión y el prejuicio. Un recorrido acerca de la forma en que nuestra cultura comprende su historia, su pasado y la posibilidad del bien.

De la misma manera que el cuento en que se basa, el guion se centra en una empresa de viajes en el tiempo. Lo que permite hacer exploraciones no del todo éticas en épocas y eras distantes. La más dura de ellas consiste en transportar a un niño prehistórico llamado Timmy desde la Edad de Piedra hasta el presente. Todo con el objetivo de estudiar su comportamiento y aprendizaje a través de la observación directa.

Como era de esperar, el niño es muy diferente a los humanos modernos, por lo que la crueldad científica de los investigadores lo cataloga como feo y animalesco. Sin embargo, una enfermera llamada Edith Fellowes (Kate Reid) comienza a experimentar un vínculo emocional con Timmy y se convierte en su principal cuidadora.

No obstante, pronto tendrá que decidir entre su afecto y una tragedia global, cuando se descubra que la vida del niño causa una serie de anomalías en el flujo del tiempo. Algo que podría tener consecuencias catastróficas. Con su reflexión sobre del amor, el sacrificio y, al final, la violencia, al igual que Fundación, la película logra captar el espíritu de la obra original. A pesar de sus evidentes problemas en el apartado visual y en la forma en que desarrolla su historia.

La muerte de los soles, la más parecida a Fundación

La muerte de los soles, la película más similar a Fundación, adaptación de Isaac Asimov

El director Paul Mayersberg hizo de la dolorosa narración de Isaac Asimov acerca de la muerte de una civilización una interpretación de la vida. También, de la búsqueda de propósito y la necesidad de comprender el conocimiento como única herencia para el futuro. Una apuesta muy similar a Fundación. La película profundiza, desde la alegoría, el terror supersticioso y en especial el fanatismo religioso. 

Como la novela de la cual proviene, La muerte de los soles cuenta la historia de una civilización humana, a miles de años del futuro, que ha colonizado y fundado un vasto imperio galáctico. Sin embargo, en su momento de mayor brillo, se enfrenta a la amenaza inminente de la destrucción de todos los soles en el universo. La única solución aparente es encontrar una manera de transportar la energía desde una dimensión alternativa, pero esto requiere una tecnología avanzada que la humanidad aún no ha desarrollado. 

No obstante, el punto que se explora con mayor atención la película es la forma en que la catástrofe despierta un terror supersticioso. Algo que provoca que un evento científico y astronómico sea considerado un castigo total que arrasará con la vida a través del cosmos. Desde la angustia y el miedo, la trama profundiza en una versión sombría y pesimista del futuro de la humanidad y sus decisiones. Marcadas de una u otra forma por la naturaleza inevitable de la necesidad de creer del hombre.

Proyecto Cyborg

Proyecto cyborg es una adaptación de Isaac Asimov, al igual que la serie Fundación

En el año 1995, una de las distopías más duras de Isaac Asimov llegó al cine como una moraleja sobre los peligros de la falta de ética científica, una trama muy diferente a Fundación. El director, Richard Kletter, analiza la vida, la tecnología y el tiempo a través de la historia de un androide destinado a morir por el bien de la investigación médica. Especialmente, cómo durante su breve existencia —de apenas un día— descubre el amor, el poder de la voluntad y la bondad.

Sin embargo, el guion, también escrito por el realizador, no logra captar del todo la poderosa sensibilidad del libro. Más bien enfoca buena parte de la historia en un romance de aire melodramático que resta impacto al mensaje. Con todo, el argumento analiza al menos uno de los aspectos más recordados de la historia original. La forma en que la ciencia puede transformar la experiencia humana en algo más turbio y doloroso.

La película, convertida en curiosidad del cine independiente, es un intento fallido de adaptar una de las obras más cercanas a lo moral del autor ruso. Aunque conserva parte de su análisis sobre la bondad y el amor como fuerza motora del pensamiento universal.

Yo, Robot, la más conocida y alejada de Fundación

Yo, Robot, la obra más lejana a Fundación, de Isaac Asimov

Comparada con Fundación, es la adaptación más cuestionable de varias novelas de Asimov. Aunque es también la más popular y conocida de todas. Yo, Robot, de Alex Proyas y protagonizada por Will Smith, intenta humanizar la idea de la inteligencia artificial. Pero lo hace con tan poco tino, que termina por ser una versión libre del material que intenta adaptar y una película genérica de ciencia ficción. 

Ambientada en el año 2035, el argumento muestra una sociedad en la que los robots son parte integral de la vida cotidiana de las personas. Sin embargo, cuando uno de los creadores tecnológicos más renombrados del mundo muere en extrañas circunstancias, todo parece cambiar.

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Lo que comienza como una interesante versión sobre la ética y el miedo, se transforma en una trama procedimental sin mayor interés. De hecho, en ocasiones, se aleja tanto de la obra de Isaac Asimov que resulta irreconocible.

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